Opinión

Radhamés y EE UU

Radhamés y EE UU

Cuando del embajador de los Estados Unidos en el país, James-Wally-Brewster, recordó a los críticos de su país, que poseen una visa para viajar a esa nación, recordé un incidente similar entre un diplomático norteamericano, y el fallecido Radhamés Gómez Pepín, hace ya muchos años.

El diplomático le sugirió a Radhamés no ser tan anti-norteamericano, recordándole que disfrutaba de una visa para viajar al país del Tío Sam cuando quisiera.

Al saber de la objeción, Radhamés pidió a Nicelia, su secretaria, las tijeras con la cual convirtió su pasaporte en un montón de trizas, lo colocó dentro de un sobre tipo Manila (amarillo) y se lo envió al funcionario norteamericano con una breve nota cuyo contenido muchos deben imaginar.

Gómez Pepín era uno de los más fervientes fanáticos de los Yankees de Nueva York, pero a la vez era uno de los más ácidos críticos de la política exterior norteamericana.

Si las posibilidades de tener una visa y poder viajar a los Estados Unidos lo obli gaba a quedarse callado ante cualquier hecho, Radhamés prefería quedarse en su casa leyendo, revisando sus correos electrónicos.

Para Radhamés el periodismo era más que nada vocación y pasión. Decía que si un periodista no siente vocación por la comunicación debe dedicarse a otra cosa.

“Y si usted no siente interés por lo que hace, con mayor vera, busque otra cosa que hacer”, decía el maestro Gómez Pepín, quien nunca cambió sus principios por nada, ni siquiera por una visa.

El Nacional

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