“Un pelotero consagrado a su trabajo y un ser excepcional”.
Con esas palabras definió Rafael Avila, el descubridor y responsable de la firma de Pedro Martínez, al ex lanzador dominicano elegido ayer para ingresar al Salón de la Fama de Cooperstown.
Avila fue una de las tantas personalidades del deporte que hablaron maravillas sobre la trayectoria de Pedro y se unieron al regocijo del país por la escogencia de Martínez, quien será exaltado en el Ceremonial de la Fama del domingo 26 de julio de este año en Cooperstown, Nueva York.
“Pedro fue especial desde el primer día que llegó al Campo Las Palmas,” declaró el escucha de origen cubano, sobre la academia de los Dodgers de Los Angeles que opera en el municipio de Guerra, San Isidro.
Aseguró que cuando firmó a Martínez lo hizo convencido de que sería un gran lanzador y un jugador de impacto durante su carrera en el béisbol.
“Ví en Pedro a un jovencito con deseos de aprender, dedicado, consagrado en su trabajo. A alguien que facilitó siempre el trabajo de sus entrenadores porque captaba todo lo que se le enseñaba y jamás había la necesidad de volver a repetírselo cuando estuvo en nuestra academia y después que se unió a los Dodgers en los Estados Unidos,” dijo.
Martínez debutó con los Dodgers, pero comenzaría su camino a la gloria con los Expos de Montreal, equipo con el ganó en 1997 el primero de sus tres premios Cy Young, bajó las orientaciones del manager dominicano Felipe Alou, quien le dio la oportunidad de mostrar todo su potencial.
UN APUNTE
Malestar entre ejecutivos
Rafael Avila reveló que cuando firmó a Pedro Martínez, ejecutivos de entonces de los Dodgers de Los Angeles no vieron favorable los positivos reportes que ofreció sobre el delgado y diminuto lanzador, pretexto usado años después por la organización para cambiarlo.