Opinión

Revolución moral

Revolución moral

La verdadera moral es como el bronce, que los hombres lo doblan pero no se rompe. La moral no es una pose, ni un vaivén, ni un estribillo, descansa en el sentimiento que nos permite ser fieles a nosotros mismos. La moral no puede ser sepultada por lo económico, porque perdería su mística y principalía. Martín Luther King dijo: ¨la sumisión y tolerancia no es el camino moral, pero sí con frecuencia el vivo camino.¨
Los principios morales están en todas partes, con su misma elocuencia, filosofía, razón de ser y objetivo, como la pureza, la verdad, el honor, la virtud indivisible y eterna. Los valores morales son violados e irrespetados y parece que están en extinción en nuestra nación.

La moral es norma de conducta, principios y escudos que realzan la conducta del hombre en su diario vivir y fortalece los nobles sentimientos del espíritu. En el país es urgente una revolución moral y ética. Hay buenas leyes, pero no quien haga cumplir los deberes fundamentales del ciudadano, consagrados en nuestra Carta Sustantiva.

Un hombre o una mujer que conocen la moral y los valores, su importancia ante la llamada sociedad, conforme los méritos como son: la iluminación de su carácter, el esplendor de su intelecto, la brillantez de su actuación en la vida pública o privada, el honor resplandeciente, todos forjados en la fragua conmovedora del ¨yo¨, que ha sabido situarse aun en medio de tempestades y variantes, silueta que ofrece al lado del destino, porque el decir de F. Caballero: ¨No basta ser bueno, es necesario también parecerlo por acatamiento a la sociedad, consideración a sí mismo y por respeto a la verdad¨.

T.Carlile señaló: ¨Cuando la sinceridad hace presencia es cuando la malicia y el engaño no encuentran asidero. Es la sinceridad que pone de manifiesto la razón, la verdad y la moral¨.

La sinceridad no tiene trasfondos materiales, ni de egoísmo, coloca como el retrato del alma de quienes verdaderamente tienen fe y moral, porque ella va más allá de la vida, al dejar las huellas profundas de la confianza y el recuerdo comprensivo de lo conceptual de esa virtud, postulado del insigne ciudadano, doctor José A. Silié Gatón, en su obra Ética del Juez.

La virtud se basta a sí misma: hace al hombre digno de ser amado cuando vive y memorable tras su muerte.

Anatole France refiere: ¨La moral descansa naturalmente en el sentimiento¨. Ojalá el Congreso pondere ésta sana idea, porque es imperativo el inicio de una Revolución Moral y Ética en la República Dominicana, no de palabras sino de palpitantes realidades.

La moral es una prístina flor que no se debe marchitar. Las escuelas y colegios deben rememorar el antaño, insertando como materia obligatoria, la asignatura moral y cívica y la Constitución, por una revolución moral.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación