Resulta esperanzador que la República Dominicana sea vista por la Corporación Latinobarómetro entre los pueblos mejor posicionados del continente. Sin embargo, podría parecer un simple espejismo para los cientos de miles de dominicanos que viven en la exclusión social.
El informe está hecho sin tomar en cuenta las diferentes caras que tiene la economía. Ciencia que no es perfecta. Presenta siempre opulencia y miseria y estos cuadros estadísticos prefieren irse con la macro-economía.Difícil pensar que los dominicanos digan que están satisfechos con su nivel de vida y que perciban una mejoría en lo personal y en lo colectivo.Da la impresión de que estos técnicos trabajan en aire acondicionado y ponen números de acuerdo a su propia coyuntura.
Los males del sistema se reproducen en la miseria y la exclusión, pero eso no existe para este tipo de encuestas.¿Ha mejorado el nivel de vida de la población?. Necesariamente es culpa del sistema, ya que el subdesarrollo es un mal que viene gravitando de gobierno a gobierno. De hecho la única continuidad que hay en el país son los rastros de la marginalidad.
Nadie puede sacar de la subsistencia a millones de dominicanos, pero tampoco se les toma en cuenta. Hasta el censo sobre el cual se podría presentar una evaluación, no es creíble. Datos básicos del mismo nunca se ofrecieron y habrá que esperar ceca de diez año a que llegue el próximo.Pero la miseria no necesita sondeos realizados en aire acondicionado.
Están a simple vista, a doblar de la esquina, Ahora puede ser que en el trabajo de campo se utilicen espejuelos oscuros, para no ver ni sentir los estertores de la miseria.
La República Dominicana está ente los países mejor posicionados en América Latina, con una economía que busca estabilizarse a como dé lugar. La macroeconomía, la que gusta a los profesionales del área, segrega la marginalidad y la vida de subsistencia.
El presidente Luis Abinader está aportando para mitigar los cuadros de miseria del país. Va a necesitar tiempo y es lo que no tiene, en los próximos cuatro años será difícil derrotar las desavenencias sociales.
Duro panorama por delante, para los que buscan mantener cuadros de popularidad, donde está la mayor parte de la población votante. En la euforia de las votaciones todos somos iguales, pero ya en el gobierno cada cual cae en la casilla que en verdad le corresponde.
Hay que mantener las esperanzas, y esperar que haya igualdad social y mejor reparto de las riquezas, que es lo que provoca estos graves malestares sociales. Algún día terminará la exclusión, para que haya una paz coyuntural.
Por: Manuel Hernández Villeta