Cuando escuchamos el término Responsabilidad Social Empresarial (RSE), nos imaginamos un escenario saturado de obras de caridad, donaciones, y apoyos coyunturales a instituciones benéficas o fundaciones.
Lejos estamos de la realidad de un acto que nada tiene que ver con el altruismo solidario esporádico, a veces cargado por simples fines publicitarios.

La RSE va más lejos que las funciones de un Departamento de Relaciones Públicas; es poner en práctica los valores, la visión de una entidad. Cumplir con ética la práctica bilateral empresa-sociedad, tomando en cuenta que “las organizaciones corporativas que perduran en el tiempo son las que abrazan proyectos sociales con constancia y perseverancia.

Una empresa es considerada socialmente responsable cuando impacta de manera positiva, primero a lo interno involucrando su capital humano, concibiendo su bienestar integral y financiero con compromiso y justicia. Luego, a lo externo, con expectativas económicas, ambientales, participativas, contribuyendo al bien común y el respeto a la dignidad humana.

Es también considerada la RSE como un tipo de política que permite a las empresas grandes y pequeñas implementar cambios positivos en la sociedad, como forma de devolver la confianza que los consumidores ponen en una marca, como una calle de doble vía donde ambos ganan.

Según Digital Marketing Institut, para las generaciones Millennials y Z, las empresas que asumen compromisos sociales tienen mejor futuro e importancia, pues lo consideran una inversión que genera grandes cambios positivos en la gente que se traduce en crecimiento económico.

La pandemia de coronavirus que azota al mundo se ha convertido en una coyuntura importante para las empresas.
Ahora llega el momento de resarcir a la sociedad, especialmente a los sectores cercanos a las empresas, y el medio ambiente, no con dádivas sino con programas permanentes de colaboración.

Los tiempos están cambiando, el mundo está cambiando y con ellos la idea de los compromisos que se deben asumir con el medio ambiente, la salud, el respeto por vida. A fin de cuentas, todos somos parte de este universo que llamamos sociedad.

Por: Bienvenida Muñoz
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