Con el ascenso de 90 fiscalizadores y otras reivindicaciones tal parece que la Asociación de Fiscales de Carrera, que llegó a amenazar con una huelga en los tribunales si no se atendían sus reclamos, tumbó el pulso a la Procuraduría General de la República.

No importa que la jefa del Ministerio Público, Miriam Germán, haya condicionado satisfacer la demanda de sus subalternos.

E incluso hasta actuado con mucho tacto. Si bien la concesión no ha sido gratuita, es posible que el momento incidiera en que la magistrada prefiriera ceder antes que exponerse en un pulso que podría afectar procesos por corrupción.

Los ascensos se realizarán a través de un concurso abierto en que participarán todos los fiscales que acumulen cuatro años en la carrera. En las evaluaciones se ponderará el tiempo, la formación académica y el desempeño en las funciones.

Las condiciones podrían excluir a esos fiscales designados sin cumplir con los requisitos básicos, pero de todas formas el Consejo del Poder Judicial cedió ante las demandas, por demás amparadas en los propios reglamentos.