Catalejo

Salud y senectud

Salud y senectud

Anulfo Mateo Pérez

Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), el número de personas mayores de 65 años se habrá más que duplicado a mediados de siglo, por lo que los derechos y el bienestar de las personas mayores deben ser prioritarios en los esfuerzos por lograr un futuro sostenible y humanamente equitativo.

Se prevé que en 2050 habrá casi 395 millones de personas de 80 años o más, por lo que la OMS, PNUD y los estados deben ir tomando las medidas para la asistencia a esas personas.

Inicialmente la medicina abordó los problemas de salud de los adultos mayores a través de la geriatría, pero debido a las complejidades presentadas (aumento de la población y nuevas realidades) surgió la gerontología.

Esta especialidad estudia la vejez desde el punto de vista biológico, psicológico, sociológico y económico. Pese a los prejuicios y discriminaciones, esta condición humana puede ser normal y no necesariamente patológica.

En esta etapa, se puede disfrutar de la vida a plenitud, dejando a un lado, por supuesto, las necias comparaciones con la juventud. Por lo demás, es conveniente diferenciar la senectud de la senilidad.

La senectud es el discurrir normal de la persona adulta mayor, mientras la senilidad es el estado patológico. Dijo Cicerón: “los viejos conservan su intelecto, si mantienen activa su mente y la emplean a toda capacidad”.

En la República Dominicana, como en otros países del llamado Tercer Mundo, desprovistos de una adecuada seguridad social, millones de gerontes constituyen una carga familiar, viviendo en la soledad más absoluta.

Contrario al inexacto criterio de que “la vejez es un estado infinitamente triste”, se impone la realidad de qué en esta etapa de la vida, se gana la serenidad de juicio, una mayor objetividad y prudencia.