Dahiana Nathalie Pepén, joven médica, relata el calvario vivido en el programa “Desclasificado” del 22 de junio, a la comunicadora Addis Burgos,por las agresiones y amenazas de muerte, aún delante de su hijo de 10 años, por su ex pareja, teniente de la Policía Nacional, Iván Manuel Núñez Pérez, quien, al momento de conocerse, era encargado de Trata y Tráfico de la PN, una vez más, fue favorecido por el Juez Richard H. Berra, con cambio de medidas de coerción sin prisión.
La víctima dice que conocía a la abogada Annibel González, asesinada por su ex esposo el 31 de agosto de 2019, con hijas en común con él, quien se suicidó luego; y también a Juana Domínguez, muerta violentamente a puñaladas por su ex pareja, reincidente-en 2017, la había herido seriamente a estocadas- feminicida que, días después, se entregó a las autoridades. Ambos sucesos en San Pedro de Macorís y en ambos, el juez Berra había beneficiado a los agresores, suspendido por tres meses y reincorporado a su puesto.
La Procuraduría General de la República, a través de la Dirección Contra la Violencia de Género, actuó y solicitó la revocación del cambio de medidas de coerción por la prisión, al imputado teniente de la P.N., y la judicatura sentenció la prisión. Sin embargo, la Policía Nacional mantiene activo al teniente, algo tan irrazonable institucionalmente como que ese agresor, fuera encargado de Trata y Tráfico, crimen identificado como una violencia de género contra la mujer.
El sábado pasado, la productora y presentadora, Nuria Piera, alerta de otro caso grave de violencia de género en San Pedro de Macorís. Esta vez, otro empresario, Orlando Ramírez Medina, es acusado de golpear y amenazar de muerte a su pareja, Mildred Alexandra Rivas F., una joven a la que el agresor consigue que metan presa, desde hace un año, acusándola de intentar matarlo. Otra situación que señala un ejercicio de total desconocimiento del fenómeno de la violencia de género en el mismo lugar, San Pedro de Macorís. ¿Qué está pasando?.
No puede ser coincidencia. El sistema de atención a la violencia de género contra las mujeres no está funcionando en esa ciudad. La amenaza común en todos estos casos, dijeron las víctimas, es de muerte, con la advertencia de que “denúnciame siquieres que no estaré ni un día preso”, es decir, victimarios que tienen base suficiente para manipular al sistema.
Pero, por las víctimas, hay dolientes en la justicia. Hay comunicadoras y mujeres organizadas que siguen reclamando. Y se entiende que, para controlar el fenómeno, estamos unidas.
Por: Susi Pola
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