Bien servidas y mejor atendidas, las relaciones exteriores de nuestro país están en un momento estelar. En muy buenas manos, para decirlo en pocas palabras. Favorecidas fundamentalmente por el alto grado de confianza logrado el presidente Luís Abinader.

Los niveles en que Abinader ha posicionado la imagen de República Dominicana nos abre las puertas en todos los países. Facilita el desempeño de los miembros del servicio exterior, en cada una de las misiones diplomáticas, consulares y comerciales. Tendida así la alfombra roja que ofrece esta brillante ocasión, cada representante tiene en sus manos la oportunidad de acceder a los diferentes mercados y participar de ventajas contempladas en diversos acuerdos multilaterales, de los que estuvimos apartados hasta ahora.

Inmerso, junto al Presidente, en la tarea de recuperar la confianza y el respeto a nuestro país, el ministro Roberto Álvarez ha sabido acompañarse de un excelente equipo en los niveles altos, medios y básicos para poner en marcha una política exterior que ha cosechado sus frutos en diferentes áreas, como en el comercio e inversión, atención y cuidado a los dominicanos en el exterior, promoción cultural, así como el intercambio y aprovechamiento de avances científicos y tecnológicos.

El reconocimiento y el respeto a nuestras ofertas turísticas, productos agrícolas e industriales, incluyendo la inversión, se refleja en el tratamiento a nuestros paisanos en todo el mundo, lo que también contribuye al incremento de las actividades diplomáticas, consulares y comerciales. Es constante y eficaz el soporte que reciben del MIREX en las diferentes áreas.

Además de los servicios regulares, los programas de promoción han conseguido su cometido en la tarea de afianzar nuestra imagen.

En ese orden se inscribe el Premio al Emigrante Dominicano Oscar de la Renta, donde el MIREX realza el espíritu de la dominicanidad en los nacionales que viven y se desarrollan en el exterior, galardón que honra el trabajo humanitario, social, artístico y cultural que despliegan. Oscar de la Renta fue un gran ejemplo de vida, superación y esfuerzo, que concita admiración y respeto internacional, destacando su apoyo y colaboración a proyectos humanitarios a beneficio de la niñez, expresado en una personalidad altruista de alta sensibilidad social.