Con la esperanza de que partidos y candidatos concedan una tregua electoral, se inicia hoy la semana laboral que conduce a la celebración domingo y lunes de Nochebuena y Navidad, matizado por el colapso del tránsito, oleaje de especulación y generalizado temor a un rebrote de delincuencia y criminalidad.
Gobierno y mayoría de empresas entregaron ya la regalía navideña y salario regular, así como bonificaciones y beneficios por utilidades, por lo que una elevada circulación de dinero confronta demanda inflada con una oferta diezmada por deslealtad comercial.
Aun así, comparado con otras naciones atribuladas por cruentas guerras, incertidumbre política y crisis económica, aquí se estrena la penúltima semana del año con más esperanza que frustraciones en términos políticos y económicos, aun con la pesada cruz de injusticia e inequidad que la población acarrea.
Argentina, Perú, Ecuador, Colombia, Chile, Guatemala, Bolivia, Venezuela y Nicaragua enfrentan hoy retos y desafíos institucionales, económicos y políticos de magnitudes muy superiores a los que afronta la sociedad dominicana, aunque no resulta saludable mercadear pócimas del mal menor.
Desde hoy, los dominicanos intensifican esfuerzos y diligencias en el propósito de garantizar para sí y los suyos el disfrute de Nochebuena y Navidad en plenitud de armonía y seguridad familiar, en contraste, por ejemplo, con la tragedia del pueblo de Gaza, asolado por intensos bombardeos de la aviación israelí.
Los dominicanos reclaman seguridad ciudadana, enfrentar la especulación, el desorden vehicular y detener el creciente endeudamiento público, pero en Ucrania el presidente Volodímir Zelensky clama a Occidente proveer a su ejército de armas y municiones para continuar la guerra con Rusia.
La gente centra su atención en las celebraciones navideñas, sin importar que del lado haitiano tumbaron una puerta fronteriza, que el presidente Joe Biden proponga al Congreso endurecer su política migratoria a cambio de recursos para Ucrania o que el expresidente Donald Trump advierta que los inmigrantes envenenan la sangre de Estados Unidos.
Gobierno, liderazgo político, Ministerio Público, Orden Judicial, Policía Nacional e institutos castrenses tienen que redoblar esfuerzos a los fines de garantizar que la familia dominicana se involucre plenamente con las festividades de Nochebuena y Navidad en completa tranquilidad, sin sobresaltos, incertidumbre o temores.