Cuando el sustantivo designa seres animados, lo más habitual es que exista una forma específica para cada uno de los dos géneros gramaticales, en correspondencia con la distinción biológica de sexos (niño/ niña, burro/burra)
También tenemos elementos en los que el masculino y el femenino se expresan con palabras de muy distinta raíz como ocurre en hombre/mujer, caballo/yegua, yerno/nuera.
En otros casos existe una forma única, válida para referirse a seres de uno u otro sexo: es el caso de los llamados «sustantivos comunes en cuanto al género» así como de los llamados «sustantivos epicenos».
De los sustantivos comunes en cuanto al género se explica que son los que, designando seres animados, tienen una sola forma, la misma para los dos géneros gramaticales. En cada enunciado concreto, el género del sustantivo, que se corresponde con el sexo del referente, lo señalan los determinantes y adjetivos con variación genérica.
Por ejemplo: el pianista /la pianista; un psiquiatra/ una psiquitra; miembro activo / miembro activa, buen profesional/ buena profesional.
Los sustantivos comunes se comportan, en este sentido, de forma análoga a los adjetivos de una sola terminación, como feliz, dócil, confortable, alegre, triste, los cuales no cambian de forma, por el género del sustantivo, es decir que van iguales para el masculinos que para el femenino.
Epicenos. Unos sustantivos reciben este nombre porque aunque designan seres animados, tienen una forma única, a la que corresponde un solo género gramatical, para referirse, indistintamente, a individuos de uno u otro sexo. En este caso, el género gramatical es independiente del sexo del referente.
Hay epicenos masculinos (personaje, vástago, tiburón, lince) y epicenos femeninos (persona, víctima, hormiga, perdiz). El Diccionario panhispánico de dudas, obra de la Asociación de Academias de la Lengua, estipula al respecto que:
“La concordancia debe establecerse siempre en función del género gramatical del sustantivo epiceno, y no en función del sexo del referente; así, debe decirse “La víctima, un hombre joven, fue trasladada al hospital más cercano”, y no “La víctima, un hombre joven, fue trasladado al hospital más cercano».
Igual atención merece la palabra “persona”, la cual siempre concierta con adjetivos y pronombres, aunque se trate de personas masculinas.
Esta recomendación es muy apropiada para redactores de noticias policiacas, pues los casos del ejemplo citado abundan.
En cuanto a los epicenos de animal, se añade la especificación macho o hembra cuando se desea hacer explícito el sexo del referente: La paloma macho es más grande; Un cangrejo hembra cargado de huevos; la hembra del canguro transporta la cría.