La sola presencia en el país de miembros del peligroso cártel mexicano es motivo de alarma por las interrogantes que plantea su llegada al país. Si llegaron para evadir la persecución de las autoridades de su país o por razones de seguridad el caso levanta por igual múltiples conjeturas.

Intriga que sea la DEA la que haya detectado la posible presencia aquí de Carlos Alberto y Luis Alfonso Páez Pereda, Daniel Hiram Jáquez Ortega y César Eduardo González Zavala, buscados por terrorismo.

En el caso de los mexicanos se repite la historia de prófugos de distintos países que consiguen refugiarse en República Dominicana. Como en el ingreso de haitianos indocumentados los controles migratorios parecen muy vulnerables para los extranjeros. Las autoridades tendrán que reflexionar sobre la llegada de los cuatro mexicanos, quienes tienen orden de captura, pero también sobre el incesante trasiego fronterizo.

El trasiego no comenzó ayer, sino que data desde hace mucho tiempo. La DEA pudo determinar que los criminales mexicanos estaban en el país, pero por alguna razón las autoridades ni se cuenta se dieron de la llegada. Es lo que parece.

Tras el alerta todos los dispositivos de inteligencia se han activado en su búsqueda. Pero no se descarta que se hayan marchado, para evitar su captura, de la misma en que llegaron. Esa imagen de santuario de prófugos internacionales que se ha enquistado sobre el territorio hay que buscar la manera de borrarla a través de controles migratorios más estrictos.