Muertes en maternidad
El director de la maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, Víctor Calderón, admitió que cuatro madres han muerto en el centro en las últimas dos semanas, pero negó que fuera por negligencia, sino porque las mujeres estaban muy graves cuando llegaron al centro. Aunque contrario a las declaraciones de Calderón se aduce que las defunciones pudieron evitarse, los casos no dejan, sin embargo, de plantear algunas hipótesis que cuestionan el modelo sanitario.
¿Cómo es posible que se disponga el traslado de una paciente en estado crítico, sin garantías siquiera de que llegaría con vida? Esa primera interrogante sugiere una falla que debe obligar al Ministerio de Salud Pública a realizar una exhaustiva investigación. Por supuesto, con garantías de establecer responsabilidades y no para salir de paso.
Calderón se ha defendido con el señalamiento que de las cuatro defunciones, dos corresponden a madres jóvenes “referidas en forma tardía desde la región Sur”, mientras otra llegó altamente infectada. Es obvio que la aclaración implica una acusación. Pero como la suya no es la única versión, las muertes tienen que investigarse. En aras de la justicia.

