Opinión

Tema: Violencia sexual

Tema: Violencia sexual

En nuestro país, de acuerdo a la Encuesta Demográfica y de Salud (ENDESA) 2013, en los últimos seis años, una de cada diez mujeres ha sido víctima de violencia sexual en algún momento de su vida.

La violencia sexual contra la mujer es una acción que vulnera de cualquier manera, el derecho que ella tiene de disfrutar y decidir libremente sobre su sexualidad y comprende acciones que violentan la integridad personal y autónoma de las mujeres.

Incluye la violación sexual, incesto, acoso sexual, agresiones sexuales, abuso sexual, explotación o trata de personas con fines de explotación sexual, así como denegación, obstaculización del derecho a adoptar medidas de protección contra infecciones de transmisión sexual. Puede ser cometida bajo amenazas, coerción, uso de fuerza, intimidación, insinuaciones, exhibiciones, forzar a la víctima a realizar algún tipo de acto sexual que ella no desea o cualquier otra acción que tenga por objeto la anulación de la voluntad de la mujer. Esto es lo que, más o menos, dice el Proyecto de ley Orgánica para la Prevención, Atención, Sanción y

Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, que reposa -nunca mejor indicado- en la Cámara de Diputados y Diputadas.
La violencia sexual, en cualquiera de sus formas, o a cualquier persona que le suceda, sin importar edad o sexo, es traumática y marca profundamente la vida de quien la sufre. No es tan pública y toca lo más íntimo de una persona, es una vejación profunda que no tiene que ver con la sexualidad; el violador y agresor sexual, en casi ciento por ciento de los casos, es masculino y violento.

Pura violencia explica que, en estos últimos días, alguien haya matado a Yenny Peralta, de 15 años, encontrada muerta con signos de mucha violencia, aquí en Santiago. O que en Elías Piña, Elfido Bocio Pérez, de 25 años, haya violado a una niña de 8 años, hija de una joven haitiana. O que Santa de la Cruz, de 80 años, en San Cristóbal, haya sido violada por Santo Luna Dionicio (a) “Rongolo”, de 38 y José Manuel Pinales (a) Papola, de 18, después de irrumpir violentamente, machetes en mano, en la casa de ella.

O que, en Puerto Plata, Omar Antonio Rodríguez, haya obligado a Gimena Martínez Hiraldo, hermana de un amigo suyo, a hacerle sexo oral, después de ofrecerle una ¨bola¨ en su vehículo para protegerla de la lluvia, y a quien dejó abandonada al borde de una cañada después de la violencia sexual.

Es noviembre y las mujeres esperamos a un Estado que nos responda.

El Nacional

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