Editorial

Titulación

Titulación

El Gobierno se propone  agenciar 150 mil títulos de propiedad a igual número de familias posesionadas sobre parcelas agrarias y viviendas urbanas,  con lo cual esos inmuebles adquirirían valor real y sus beneficiarios  serían sujetos de crédito.

Aunque se admite que no será fácil  completar tan ambicioso proyecto  durante  el  actual cuatrienio  presidencial, el solo abordaje  a ese añejo problema social representa una iniciativa trascendental que impactaría  decididamente sobre la economía agrícola y la inserción social.

Campesinos y productores agrícolas  detentan sin constancia titular 1.6 millones de parcelas, que representan millones de tareas imposibilitadas de  convertirse en garantía para que entidades financieras financien a plenitud la producción  agrícola y pecuaria.

Las autoridades estiman que 1.8 millones de solares urbanos carecen de título, lo que los mantiene como propiedades sin valor  formal, pese a que  sus titulares poseen  algún documento nominal de pertenencia o se reputan como poseedores pacíficos de esos inmuebles.

El decreto 624-12 emitido por el presidente Danilo Medina, crea  una Comisión Permanente de Titulación de terrenos Estatales, lo que en ningún modo refiere  la automática intervención estatal  en torno a litis sobre ocupación ilegal de propiedades privadas urbanas o rurales.

De los 115 mil productores  inscritos en el IAD,  apenas 15 mil poseen  títulos sobre sus predios,  causa principal de que  parceleros de la reforma agraria que generan el 50 por ciento de la producción nacional de arroz tengan cerradas todas las puertas del financiamiento  formal.

Los titulares de instituciones como IAD, Bienes Nacionales, Consejo Estatal del Azúcar y Banco Agrícolas deberían ser  advertidos de que  el decreto presidencial de referencia no  propugna por piñatas ni caos en el ámbito de la propiedad urbana o rural.

Bien encauzado, a través de la Jurisdicción Inmobiliaria y el Catastro Nacional,  el proyecto de titulación  que anuncia el Poder Ejecutivo podría convertirse en un magnífico referente de inclusión económica y equidad social, aunque prevalece el temor de que  pueda  desembocar en otra cuneta del clientelismo.

El Nacional

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