Lima, PERU, EFE.- Lima acogerá a partir del 24 de julio los XVIII Juegos Panamericanos, el mayor evento deportivo de América y la primera ocasión en que la capital peruana organiza un evento de tal magnitud, cuyo proceso ha sido un largo y accidentado maratón que se ha resuelto en tiempo y forma con un espléndido esprint final.
El éxito o fracaso de los Juegos, cuya inauguración formal será el día 26 pero que tendrá competencias anticipadas, se tendrá que valorar a partir del 11 de agosto, cuando culminen las actividades de los 39 deportes que participan en esta edición, pero de lo que ya no cabe duda es de la capacidad del comité organizador para disipar el fantasma de la suspensión o del cambio de sede que acechó seriamente la competencia.
Lima cuenta con las infraestructuras necesarias e instalaciones más que adecuadas para las necesidades deportivas, sin que exista el riesgo de dejar onerosos “elefantes blancos” una vez que concluyan los festejos y se apaguen las luces de los estadios.
La obra más ambiciosa, la Villa Panamericana que acogerá a los casi 7.000 atletas que participarán en las competencias, se construyeron en un tiempo récord después de que se replanteara la idea original de construir 39 edificios de 10 plantas.
Ahora los deportistas se alojarán en un complejo de 7 edificios de 20 plantas, una rebaja en la ambición inicial que también se corresponde con otras instalaciones.