Siguiendo la línea de su partido el presidente Luis Abinader, también sin primera ni segunda lectura, promulgó las reformas al Código Penal Dominicano en lo adelante, ley 74-25.
Es la misma persona que en 2019, aparece en videos de la época diciendo: “Nuestro partido tiene una posición en relación con las causales de que nosotros pensamos que debemos apoyarlas”. Mientras, la semana pasada, el presidente de la Cámara de Diputados/as, aseguró que no hay votos para las causales en un Congreso mayoritariamente perremeísta, un partido que se alínea ahora y totalmente, en contra de los derechos fundamentales de la mayoría de este país.
En diciembre de 2020 Abinader dijo al periódico El País, de España, que sería un «reformador» y que daría «un shock de modernidad e institucionalidad» a RD, presentándose a favor de la despenalización por 3 causales, es decir que la vergüenza de desdecirse es internacional.
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Son una serie de personajes completamente desacreditados, porque la historia de ellos podrá ser disfrazada por ellos pero, la real, la vivida por el pueblo, pasará factura a sus generaciones todas: prepárense para oír cosas más allá de sus propias vidas, que eso viene.
Pena que Abinader llegara a mostrar el cinismo obligado cuando se quebranta la lealtad debida por una promesa, rompiéndola y traicionando a tantas mujeres y niñas, y a personas diversas; sobre todo, sin que valga la pena por un grupo de congresistas que, desde que supieron que no se reelegiría, decidieron abandonarlo.
Los derechos humanos de este país se fueron en las manos de un presidente vencido por ellos y ellas, porque ya supimos del tipo de legisladores con que cuenta su partido; y las legisladoras que han llegado a pronunciarse y avergonzaron ajenamente. Un partido capaz de reclutar prospectos tales, sin contar con los/as envueltos en narcodelitos y corrupción, no es buena cosa.
Son traidores porque, tanto el PRM como sus candidatos y candidatas, hicieron cercanía para crear confianza con el tema de la negación a los derechos de las mujeres, para luego romperla, con decepción y dolor para la mayoría de este pueblo.
Actuaron a espaldas de las mujeres y niñas de este país “allantando” en sus discursos. (Salvo honrosas excepciones, como la perremeista Ministra de la Mujer, Mayra Jiménez).
¡Rechazo total al Código Penal que nos quieren imponer, porque significa un atraso que no se equipara a esos casi 26 años de vagabunda inercia legislativa de la que los partidos que gobernaron en ese período son todos responsables!