¿Qué Pasa?

 Un nuevo Carlos Alfredo ofrece emotivo show que replantea  su vida

 Un nuevo Carlos Alfredo ofrece emotivo show que replantea  su vida

Carlos Alfredo no estrenó anoche un espectáculo unipersonal, cuidado artísticamente al extremo en cada detalle para buscarse unos cuartos a partir de un público que estará llenando la Sala Ravelo del Teatro Nacional.

Carlos Alfredo Fatule no se decidió a montar su proyecto para ofrecer una panorámica de su historia como artistas, los principales acontecimientos que le fueron sucediendo, algunos de ellos jocosos hasta llevarnos a reír mandíbula incontenible: su debut en Fiesta, de Teleantillas, su triunfo en el Festival de la Canción de Puerto Rico, con “Amarte” y otras referencias de su vida artística “normal”.

Como muestra de su talento cómico bastaba con  el segmento con los animales, su actuación infantil para cantar a Quisqueya, los artistas que imitó a la perfección  y sus anécdotas sobre Leonel Almonte, aquel creador de  la Guerra de las  papeletas entre Rahintel y el resto de las televisoras.

Carlos Alfredo tampoco ha querido convertir su trabajo estrenado anoche en un necesario re-encuentro  de quienes, amistad levantada en las alas de una inmensa bandera, estuvieron anoche en ese estreno que no será olvidado fácilmente.

Carlos Alfredo Fatule, además, tampoco ha querido vanagloriarse en el orgullo que siente por sus criaturas de dos matrimonios y su esposa actual: Yonanna Depool de Fatule y donde sólo faltó el nombre de la madre de sus hijas: Tania Báez.

Lo que hace Carlos Alfredo no tiene raíz sólo en su arte. No. Nada de eso. Nada que ver. Ninguna de las premisas resulta correcta: Lo que vimos anoche en Sala Ravelo, fue el testimonio escénico de una vida nueva. El talento variado, divertido y de altos vuelos, ya era un tema conocido. Y la única queja que quedó es que dejó una serie de aspectos de su vida artística sin tocar, probablemente porque no era necesario o porque el deseo no era el de centrar las acciones en cada una de sus facetas, dejando así su participación el Gózalo, Mundo Insólito, los videos de su experiencia en la televisión hispana en Estados Unidos, el mundo de sus composiciones originales (tanto de la época anterior como de su vida actual, tal cual es en estos momentos).

El uso del video en que aparece él cantando a dúo con la entonces infantil Stephanie Fatule, “Vivo por ella” en una de las entregas de los Premios Casandra, y la forma en que él artista olvida su papel pautado desde su sillón, para ser simplemente padre orgulloso, reviviendo un momento mágico, fue simplemente inolvidable. 

Este es “otro” Carlos Alfredo. Este es el que ha renacido, sobre una plataforma y una fuerza nuevas: la que le proporciona su encuentro estremecedor con Cristo, el que ha dejado a un lado todas las debilidades del ego y las miserias personales, los placeres del momento y el sin sentido de una alocada carrera de egos hacia si mismo. Un testimonio valioso, oportuno y presentado en el más alto de los niveles de la estética de la escena dominicana. Una experiencia de vida que ojalá sepa ser asimilada y entendida.

Instante de altura

El uso del video en que aparece él cantando a dúo con la entonces infantil Stephanie Fatule, Vivo por Ella en una de las entregas de los Premios Casandra, y la forma en que él artista olvida su papel pautado desde su sillón, para ser simplemente padre orgulloso, reviviendo un momento mágico, fue simplemente inolvidable .

Un apunte

Lujo y amor

Para montar este espectáculo  que titula el nombre de Carlos Alfredo, se ha contado con un equipo de talentos probados en más de una batalla: la dirección es de Enrique Chao (el director con más montajes en el 2011), las luces son de Lillyana Díaz, la dirección musical  y los arreglos de Miguel Leclerc, el sonido de Milton Cruz, el actor incidente y utilero, Ricardo de Jesús Soriano y el especialmente cuidado aspecto de las fotografías: Jochy Fersobe. El tema Paraíso Soñado y el tema final son de su amigo Rando Camasta (otro que se ha perdido de la escena pública).

Fue notable anoche el amor brotando por doquier en la sala: sus hijas, sus hermanos, el maestro Amaury Sánchez, colegas del arte, admiradores.

El Nacional

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