Editorial Opinión

Valores patrios

Valores patrios

La conmemoración hoy del 179 aniversario de la Batalla de Santiago resulta propicia para que presentes y futuras generaciones reiteren su firme compromiso defender y consolidar los principios patrios de independencia y consolidados con el triunfo de la dominicanidad en esa gesta.

Once días después de la victoria del ejército dominicano en Azua, sobre tropas invasoras, el 19 de marzo de 1844, se libró una segunda confrontación, esta vez entre las huestes del general José María Imbert contra las columnas haitianas al mando del general Jean-Louis Pierrot, que procuraban conquistar la plaza de Santiago.

La historia resalta el valor y arrojó exhibidos por los combatientes dominicanos, la efectiva estrategia diseñada y aplica por el general Imbert y sus comandantes, el respaldo de tropas independentistas provenientes de Bani y acantonadas en Montecristi y la solidaridad de los pueblos del Cibao.

Es de justicia mencionar la participación de Achille Michel, quien comandó el fuerte militar levantado en Santiago, Fernando Valerio, quien dirigió “La carga de los andulleros”, definida como crucial en la consecución de la victoria, así como Francisco Antonio Salcedo, Pedro Eugenio Petellier, Román Franco Bidó, entre otros.

El triunfo dominicano en la Batalla del 30 de Marzo consolidó la proclamada fundación de la República y desalentó al gobierno haitiano y a su liderazgo militar de emprender nuevas intentonas por anexarse el territorio nacional, en la seguridad de que ese despropósito sería derrotado una y mil veces.

La relación dominico-haitiana ha estado signada por el principio de buena vecindad y de entendimiento en la cual ambas naciones aceptan dirimir conflictos a través del arbitraje internacional o por vía diplomática, aun en un escenario económico, institucional, político y social en el que Haití ha quedado rezagado.

La crisis haitiana, matizada por la violencia e inseguridad, motiva el reclamo de República Dominicana para que la comunidad internacional acuda en su ayuda pero lo que se urde desde grandes metrópolis es obligar al gobierno dominicano a desempeñar el papel de cirineo del vecino.

Es por eso que la celebración hoy del triunfo de la Batalla del 30 de Marzo, que ayudó a consolidar la independencia nacional, debe servir para proclamar la defensa irreductible de la soberanía territorial y política heredada de los fundadores de la nacionalidad y de los héroes y mártires que ofrendaron sus vidas y bienes en aras de esos sagrados valores y principios patrios.

El Nacional

La Voz de Todos