La inhumana política de desmantelamiento, persecución y golpeo del estado de bienestar social, una economía que se dirige a una inflación de dos dígitos, la injusta cancelación de más de 300 mil personas en diferentes instituciones estatales sin recibir sus prestaciones, hace que el gobierno del presidente Luis Abinader sólo le deje a mucha gente la opción de salir del país por la vía que sea, en muchos casos, adquiriendo un pasaje de ida hacia la muerte.

La lamentable muerte de alrededor de 12 compatriotas hacinados en un furgón en México, demuestra que la gente más humilde de nuestra sociedad no cree en que aquí se le presenten condiciones para vivir dignamente. Por las crónicas aparecidas en los diarios nacionales se puede notar que las víctimas prácticamente hicieron grandes sacrificios económicos para realizar la funesta travesía que les quitó la vida.

Este gobierno abiertamente de ricos hechos a la sombra del Estado Dominicano, no parece importarle un bledo la triste realidad que están padeciendo amplios sectores populares, pues las autoridades sólo lucen concentrados en deslumbrar a la población con políticas populistas que le permitan el sonido mediático del momento.

Sin ruborizarse, las autoridades esconden la estanflación que nos golpea día a día con estadísticas maquilladas en donde no aparece la pequeña y mediana empresa que está al borde de la bancarrota, el creciente desempleo que es encubierto por el subempleo, para juntarse todas las penas en los supermercados, que vuelven a ser “la casa del terror”, por las constantes subidas de precios en los artículos de consumo masivo.

Mientras, en el “ir y venir” de la galopante pauperización, en amplios sectores del pueblo solo queda desafiar las indómitas aguas del mar Caribe en una destartalada yola, escabullirse en un hermético camión que transita las calles y carreteras mexicanas, prostituirse en algún lupanar de Suramérica.

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