Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Vivencias cotidianas de allí y aqui

No al maltrato psicológico

 

Existe un tipo de violencia invisible, imperceptible en ocasiones, en la que el maltratador/a hace sufrir a su víctima a través de la culpabilización y/o la desvalorización, ya sea en privado o en público, aprovechando el afecto que ésta siente hacia él/ella. Se trata del maltrato psicológico.

Éste se puede definir como cualquier tipo de comportamiento repetido de carácter verbal, o silencioso, que violenta la estabilidad emocional de una persona de forma constante.

Se puede manifestar de muchas maneras. Por ejemplo no aceptando, negando, las demostraciones de cariño de la/del maltratado. Y/o bien mediante la provocación de celos innecesarios e incluso inventados que saben pueden herir a la persona.
Esta clase de maltrato es el más difícil de identificar y evaluar, incluso por los especialistas en la materia. Su gravedad se puede valorar según la frecuencia y huella psicológica que ocasiona a la víctima.

A pesar de que la mayoría de las personas lo asocian a las malas relaciones de pareja, el maltrato psicológico puede surgir en distintos ámbitos, alcanzando su realización por parte de un hombre hacia una mujer o recíprocamente.

Algunas preguntas y afirmaciones que suelen hacerse las víctimas: ¿Me habrá dejado de querer? ¿Seré yo quien se toma todo demasiado en serio? ¿Habré provocado yo esta situación? ¿Y de haber yo contestado de otra manera? Mejor no le digo lo que pienso o siento para evitar su enfado. Si le digo que le/la quiero es posible que se moleste: pero si no se lo digo también. Si le demuestro cierta indiferencia quizás se sienta menos agobiado/a. Es posible que se sienta presionado por mis continuas manifestaciones amorosas. Etcétera.

Debido al agotamiento emocional las víctimas pueden llegar a justificar hasta la agresión física. Por ello son muy capaces de hacerlo con una no manifiesta como es el maltrato del que hablo.
Éste se subdivide en varias categorías.

Maltrato estructural: El/la maltratador/a cultiva un poder sobre su víctima. Se basa en la distinción que según él/ella le hace superior. Usa frases para infamarla/le. Da órdenes tales como “esto es así porque yo quiero”.

Toma decisiones sin consultarle, le discute las suyas. Le recuerda sus fallos constantemente. No se compromete a hacer nada por ella/él, obligándole a asumir responsabilidades. Le obliga a mantener relaciones sexuales, castigándola/le con indiferencia o enfado cuando se le niega.
Maltrato financiero: Controla totalmente los bienes económicos de la víctima en todos los aspectos.

El maltrato espiritual, otra condición, hace referencia a la eliminación o burla de las creencias o ideales de la víctima que tiene que aceptar las de él/ella. El maltratador no deja elegir. Desprecia e impide actuar libremente.

Otro maltrato ocurre cuando se aísla a la víctima reduciendo sus relaciones sociales, se escuchan sus conversaciones, se restringen las relaciones familiares, no se le permite conocer gente nueva, etcétera.

La primera manifestación psicológica de la víctima es la baja autoestima. Es habitual la experimentación de sentimientos de culpa coronados por estrés crónico que en muchas ocasiones causan secuelas físicas como son el consumo de psicofármacos, alcohol, drogas, etcétera.

El Nacional

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