Opinión

Voces y ecos

Voces y ecos

Rafael Peralta Romero

Cecanot y el DR. Valdez

 

Caminar en el parque Mirador al lado del doctor Diógenes Santos Viloria, consagrado neurólogo, resulta una grata experiencia. Si bien trata de los asuntos más serios de vida nacional, es capaz de adaptar su recia voz para comentar los temas que presenten sus contertulios, incluidos los picantes chistes de Víctor Livio Cedeño.

Me habló hace unos días del doctor Manuel Eduardo Valdez, eminente oftalmólogo fallecido el 24 de enero pasado, y me convenció de sus virtudes en el ejercicio clínico como en la formación de profesionales en su área. Santos mezcla razonamiento y pasión para exaltar las condiciones del doctor Valdez.

El doctor Santos Viloria está muy convencido de que el doctor Valdez Guerrero merece tributo de recordación de los dominicanos. Por su fructífero ejercicio de la medicina y por haber logrado la creación del Centro Cardio-Neuro Oftalmológico y Trasplante (CECANOT), una excelente institución de servicio en salud.
Santos Viloria me ha entregado unas notas para argumentar su pedimento. A continuación, algunos de sus puntos de vista:

El Dr. Eduardo Valdez, conocido oftalmólogo dominicano, ha fallecido hace apenas unas semanas, sin embargo este distinguido ser humano, muy valioso para nuestro país, fue una persona plenamente ligada a la enseñanza y a la ayuda de las personas de recursos económicos limitados, y ha pasado algo desapercibida su despedida de este mundo.

Durante sus largos años de vivencia en el hospital Dr. Luis E. Aybar demostró su gran sensibilidad humana, y en su servicio se ofrecían consultas de oftalmología a diario, y a pesar de tener algunos médicos que lo ayudaban en su ardua labor, siempre asistía a su consulta a dar sus conocimientos a cuantos pacientes de escasos recursos lo demandaban, y al mismo tiempo era una fuente de enseñanza eterna para los alumnos que compartían las tareas cotidianas.

Permaneció hasta los últimos días de su vida asistiendo con tenaz interés a dirigir los destinos de su importante servicio y más aun fue el propulsor del hoy llamado Cecanot.

Esta institución, que nos llena de orgullo, fue idea exclusiva del Dr. Valdez, quien aprovechando la relación que mantenía con el presidente Joaquín Balaguer, como paciente, tuvo la excelente idea de pedirle que fundara un Instituto de Oftalmología, el cual luego fue ampliado a cardiología y neurocirugía.

Tenemos múltiples razones más para pedir que al Instituto de Oftalmología, Cardiología y Neurocirugía le sea otorgado el nombre de este ilustre Maestro de la Medicina. Él, más que nadie, merece ese póstumo galardón debido a su dedicación integral al servicio de la medicina hospitalaria.

El Nacional

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