Página Dos

Cójanlo

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La ecuanimidad y sensatez que retrataban al ministro de Defensa más como diplomático que como militar, acaban de evaporarse con su apelación a la impunidad en favor de los agentes que maten “delincuentes”.

Sigfrido Pared Pérez deja mucho que desear con su defensa de la pena de muerte, sin ni siquiera juicio, contra delincuentes que muchas veces no son más que víctimas de la exclusión. Si lo que persigue es benevolencia para el capitán de la Policía, Miguel Ferreras Bonifacio, quien el lunes mató a un asaltante que había tratado de despojar de una cartera a una mujer en la urbanización Fernández, se supone que cuenta y existen muchas otras formas de reclamarla.

A pesar de que se trató de una muerte extrajudicial, que debe ser investigada, sorprende que Pared Pérez haya solicitado al Ministerio Público que el oficial no sea sometido a los tribunales. Sin hurgar en mayores razones, con el macabro criterio del ministro de Defensa no se combate la delincuencia ni se hace justicia. Tal vez ese delincuente, que tampoco mató a su víctima para despojarla de la cartera, pudo ser capturado con vida y sometido a la justicia. Como procede en un Estado de derecho.

 

El Nacional

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