Leña al fuego
El presidente de Haití, Michel Martelly, utilizó el escenario de la Comunidad Económica del Caribe (Caricom) para echar más leña al fuego con el reperpero que se ha creado con las repatriaciones de indocumentados haitianos. La diplomacia con que trató de conducirse en una reunión de la entidad en Bridgetown la perdió con la utilización de términos como crisis para referirse a un proceso en que su cooperación ha brillado por su ausencia.
El canciller dominicano, Andrés Navarro, promovió más de un encuentro en procura del protocolo, que hoy reclama con evidente mala leche el gobernante haitiano, para facilitar las repatriaciones. En una suerte de cuña, Martelly señala que se deportan no solo dominicanos de ascendencia haitiana, sino negros, al citar el caso de una persona que alega ser de Nigeria.
Como si el problema tuviera un trasfondo racial. “En tan solo unos días”, dijo, “tuvimos más de 20,000 personas regresando, incluida una que asegura ser de Nigeria, aunque por la falta de identificación no puede saberse si es cierto o no”. El panorama es para que las autoridades tomen nota de que la actitud de Haití no es sincera, sino sediciosa.
