Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

César Mella

Don Rada y sus cosas
Waldo Suero (presidente histórico del CMD) se encontraba en la Secretaria de Salud en un acto de protesta-ocupación junto a un grupo de gremialistas en donde estaban Senén Caba y la aguerrida Dra. Lisquet.
En una madrugada tensa apareció don Radhamés Gómez Pepín, director del periódico El Nacional, “a ver que le había pasado a los muchachos”, pues la Policía los había reprimido. Su mediación fue clave para evitar desgracias.
En varias oportunidades me llamó a su despacho para atender al enfermo mental Josep Rosario, ciudadano presuntamente holandés, portador de una esquizofrenia y que vivía en la calle en la vecindad del periódico. Ingresé dos veces a este deambulante , vivo aun y también en la calle. “César, resuélveme eso”, eran sus palabras…
Estos dos ejemplos hablan de un hombre que acaba de morir limitado de recursos y con un inigualable reconocimiento de la sociedad.

En una larga conversación en su hogar, a donde acudí
encompañía de Chiqui y Momoncho en visita de cortesía y recibido por doña Cornelia, me di cuenta del intimismo de su nidio, del cariño que le profesaban sus hijos y de algunas de sus convicciones.

Amigo de los amigos; ácido a veces; cara dura otras; mal hablado; malgenioso…
Sin embargo esto contrastaba con una especial ternura con lágrimas a flor de piel.
Siempre me llamó la atención la cantidad de CD que tenía en su oficina en donde hablábamos extensamente del bolero y otros géneros que eran de nuestro agrado.

Siempre recuerdo algo que me dijo : “César: escribe lo más breve que puedas, la televisión, la radio y las redes han dejado detrás a los medios escritos y el hábito de la lectura”.
Con el cierre de Última Hora, don Pepín Corripio me llamó a su oficina y me ofreció llevar mi columna “De Salud y Otras Cosas” a lo que hasta hoy ha sido un vespertino líder.

Yo venía de la tutela de don Ruddy González que me abrió las puertas en ese desaparecido vespertino.
Mis orígenes como columnista de opinión se remontan al 80 en las páginas del Nuevo Diario bajo la asesoría de Ramón Colombo, Nelson Marte y Juan Bolívar Díaz.

Don Rada había cumplido más de 30 años sobrio, es decir sin consumir bebidas alcohólicas por voluntad propia. Los que bregamos con pacientes alcohólicos sabemos que esa es una meta que de cumplirse está reservada a gente de reciedumbre, de voluntad férrea y con una catadura filosófica e ideológica especial. ¡Qué bueno que pongo su ejemplo a los miles de pacientes ahogados en el mundo tóxico del alcohol!
Madrugador; exigente con la precisión; enemigo de la especulación.
Cauteloso en la política; orgulloso con sus principios y solidario con sus hijos y nietos.
Es manida la frase de que detrás de un hombre de éxito existe una mujer especial, pues sí, Cornelia Margarita , aquella de “Somos así y así somos” , se dedicó en los últimos años a la salud de su amado don Rada.

Cuando un amigo se va nos queda lo mejor de sus recuerdos; el privilegio de habernos contado entre un grupo selecto de privilegiados con su confianza y el contagio positivo de cada una de sus Pulsaciones que laten como ejemplo viviente en la conciencia nacional.

El Nacional

La Voz de Todos