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 Moral tropas Wessin se cae tras cruzar puente Duarte

 Moral tropas Wessin se cae tras cruzar puente Duarte

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Después de ganancias iniciales el martes 27 de abril de 1965, rompiendo el bloqueo del puente Duarte tras una encarnizada lucha, las tropas del CEFA llegaron a la orilla occidental del río Ozama, pero el general Elías Wessin y Wessin, su comandante, mostró poca inclinación de avanzar y ampliar su área de control.

Igualmente, detuvo su avance el general Salvador Montás Guerrero, quien con los soldados del Batallón  Mella había recuperado el Palacio Nacional. Tras esa acción las fuerzas de Montás Guerrero se dispersaron en pequeñas unidades a lugares desconocidos.

Según cable de la CIA, ni Wessin ni Montás tenían una idea clara de la oposición que enfrentaban, además de que existía recelos entre ambos.

La agencia especula que Montás, a quien señalaba de balaguerista, detuvo su marcha porque “desconfiaba del curso que le daría Wessin a la situación en caso de ganar”.  También quería, de acuerdo a la agencia, que el comandante del CEFA soportara el peso de los combates ante la contraofensiva rebelde.

El principal problema de Wessin y Montás, además de la rivalidad personal, era la falta de coordinación y comunicación.  Tampoco tenían comunicación con la Fuerza Aérea y las unidades navales.

Cuando el embajador William Tapley Bennett trató de resolver el problema con una “petición urgente” del general Juan de los Santos, jefe de la Fuerza Aérea, que solicita a la Embajada 50 equipos de comunicación, Washington lo rechazó.

Con su gestión, el diplomático estadounidense trataba de darle oxígeno a las tropas de San Isidro, quizá consciente de que la ofensiva que éstas llevaban se había estancado por su propia cuenta.

El contraataque rebelde había provocado, además, que la situación se deteriorara,  y bajara el espíritu de combate entre soldados y oficiales de San Isidro.

La Embajada no se había dado cuenta de la situación hasta comienzos de la tarde del martes.

Mientras tanto, Bennett había informado al Departamento de Estado que San Isidro había anunciado la formación de una junta militar encabezada por un oficial de la Fuerza Aérea Dominicana, el coronel Pedro Bartolomé Benoit.

De acuerdo con los deseos  estadounidenses, la Junta declaró que su “objetivo principal” era para preparar las elecciones y una reforma constitucional.

El embajador Bennett  también informó al Departamento de Estado del avance rebelde con el asalto a dos estaciones de  la Policía.

Luego de un  vistazo aéreo de agentes de la CIA y funcionarios de la Embajada sobre la Capital, el diplomático estadounidense emitió otros dos mensajes en una hora. En el segundo informó que Ciudad Nueva estaba en manos de los rebeldes, que las casas se habían convertido en fortalezas pequeñas,  y  que se observaban barricadas en las  principales intersecciones.  Algo que le preocupó fue que los servicios públicos esenciales habían caído bajo control de los rebeldes.

En el primer mensaje el embajador volvió a plantearle al Departamento de Estado la cuestión de la falta de comunicación de las tropas de San Isidro. Insistió en la gravedad del asunto y dijo: “Nuestra opinión es que la combinación de equipos de comunicaciones es la falta más crítica en la situación actual y bien podría significar la diferencia en los resultados de la actual confrontación”.

Lo que el embajador recomendaba como una opción  para mejorar el estado de las tropas de San Isidro pronto se convirtió en un paquete cuando, poco antes de las 2:00 de la tarde del martes 27, el coronel Benoit llamó por teléfono a la Embajada para solicitar el desembarco de 1.200 infantes de marina “para ayudar a restablecer el orden en este país”.

El Nacional

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