Editorial

                                  Cruz tan pesada
                                  Cruz tan pesada
                        

Los acontecimientos políticos en Haití se suceden muy rápidamente con marcada tendencia a agravar un dilatado drama social que parece no tener fin, sin que su liderazgo ni la comunidad internacional dispensen así sea un aliento de esperanza.
La oposición política con respaldo de la Corte de Casación, el aparente concurso de la Iglesia católica y la sociedad civil, ha nombrado al juez Joseph Mécène Jean Louis como “presidente interino”, bajo la premisa de que Jovenel Moïse concluyó su mandato el domingo.


En lugar del anhelado diálogo político que ayude a represar las continuas manifestaciones contra el gobierno, lo que el panorama haitiano presenta hoy es la denuncia de Moïse sobre un supuesto intento de magnicidio y golpe de Estado, con la detención de 23 personas, incluido un magistrado de la alta corte.

Como si fuera poco, Estados Unidos, Naciones Unidas (ONU), Organización de Estados Americanos (OEA) y el reinstalado Ejército de Haití han ofrecido su respaldo a Moïse en su propósito de permanecer en el Poder por lo menos hasta febrero de 2022.


No se vislumbra siquiera un alivio al drama haitiano en el corto ni mediano plazo, porque ante el rebrote de la crisis que lo agobia, lo que han hecho sus opresores nativos y extranjeros ha sido asegurar los clavos que sujetan su malograda anatomía a la cruz del infortunio.

 Insensatez

La paralización de las actividades docentes y administrativas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) convocada por asociaciones de profesores y empleados constituye una afrenta a una sociedad que todavía no se repone de una atribulación pandémica que ha causado severo daño a su tejido social y económico.

No se niega que los servidores de la UASD requieren mejoría salarial, igual que los trabajadores y empleados públicos y privados, cuyos salarios no alcanzan ni para morirse, sin dejar de mencionar a los casi 200 mil ciudadanos que han extraviado sus empleos.

A causa de la covid-19, los estudiantes universitarios reciben docencia virtual, como se ofrece en todo el sistema educativo, con las precariedades o dificultades propias de una nación estremecida por una crisis económica sin precedentes, por lo que este no es el momento para una insensatez que raya en la indecencia.

El Nacional

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