La noche del martes 30 de mayo de 1961 marcó el fin de una de las dictaduras más prolongadas y sangrientas de América Latina: la de Rafael Leónidas Trujillo Molina, conocido como “El Jefe”. Tras más de tres décadas en el poder, Trujillo fue emboscado y asesinado por un grupo de valientes dominicanos que decidieron poner fin a su régimen de terror.
El atentado
Esa noche, Trujillo salió de su residencia en Santo Domingo con destino a San Cristóbal, su ciudad natal, acompañado únicamente por su chofer, Zacarías de la Cruz. A las 9:45 p.m., mientras transitaban por la carretera Santo Domingo–San Cristóbal, a la altura del kilómetro 9, fueron interceptados por un grupo de conspiradores que habían montado una emboscada.

Los ajusticiadores, ocultos entre los matorrales desde tempranas horas, fueron alertados por el teniente Amado García Guerrero, quien identificó el vehículo: “Ahí va, ahí va”. Inmediatamente, abordaron sus propios autos, alcanzaron el vehículo de Trujillo y abrieron fuego.
Conmemoración del 64 aniversario del ajusticiamiento de Rafael Leónidas Trujillo ocurrido el 30 de mayo de 1961
Entre los conspiradores se encontraban Modesto Díaz, Salvador Estrella Sadhalá, Antonio de la Maza, Amado García Guerrero, Manuel “Tunti” Cáceres Michel, Juan Tomás Díaz, Roberto Pastoriza, Luis Amiama Tió, Antonio Imbert Barrera, Pedro Livio Cedeño y Huáscar Tejeda.
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Aunque Trujillo y su chofer intentaron responder al ataque, fue inútil. El dictador recibió múltiples impactos de bala y murió en el lugar. Zacarías de la Cruz resultó herido, pero sobrevivió, aunque los ajusticiadores inicialmente lo dieron por muerto. El vehículo recibió más de 60 disparos.
Consecuencias inmediatas
Tras el atentado, los ajusticiadores intentaron contactar al teniente general José René Román Fernández (Pupo Román), secretario de las Fuerzas Armadas y colaborador del complot. Sin embargo, esa noche no respondió al llamado ni atendió el teléfono, lo que obligó a los conspiradores a separarse y buscar refugio, priorizando la protección de sus familias.
Horas después, el cadáver de Trujillo fue encontrado y las autoridades activaron una intensa persecución. El 1 de junio, el país amaneció bajo un clima de tensión, con allanamientos y operativos masivos en distintos puntos del país.
El funeral
El 2 de junio de 1961, Trujillo fue sepultado en San Cristóbal con honores de jefe de Estado. El presidente Joaquín Balaguer, entonces figura civil del régimen, encabezó el cortejo fúnebre y pronunció el panegírico, mientras miles de personas desfilaron ante el féretro.
La dictadura de Trujillo
Rafael Leónidas Trujillo asumió el poder el 16 de agosto de 1930 y, en pocos años, se convirtió en el hombre más poderoso de la República Dominicana. Su régimen se caracterizó por un anticomunismo extremo, la represión radical a toda oposición y un culto a la personalidad. Las libertades civiles fueron inexistentes y se cometieron constantes violaciones a los derechos humanos. Se estima que más de 50,000 personas perdieron la vida durante su dictadura, incluyendo entre 15,000 y 20,000 haitianos en la llamada «Masacre del Perejil» de 1937.
Trujillo también acumuló una enorme fortuna personal, estimada en unos 800 millones de dólares, lo que lo colocó entre los hombres más ricos de su época. Poseía alrededor del 60 % de la industria azucarera dominicana y controlaba numerosas empresas en diversos sectores económicos.
El legado
La dictadura de Trujillo dejó una profunda huella en la sociedad dominicana. El Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, ubicado en la calle Arzobispo Nouel #210 en la Ciudad Colonial de Santo Domingo, se dedica a preservar la memoria histórica de las luchas contra el régimen de Trujillo y sus consecuencias. El museo recopila, organiza y muestra bienes del patrimonio tangible e intangible de la resistencia durante las dictaduras en República Dominicana, con el objetivo de educar a las nuevas generaciones sobre el valor de la vida y los derechos fundamentales del ser humano.