El día 11 de noviembre de 2004, falleció en el hospital Militar Percy, de Clamart, suburbio de París, el rais Yasser Arafat, supremo líder de la causa palestina por instaurar un Estado Palestino compartiendo espacios históricos con sus hermanos de padre hebreos o israelíes, proyecto, sueño y luchas que su deceso impidió concretizar y ver.
Su muerte inicia un signo interrogatorio amplio, difuso, inquietante, aún no cerrado, en relación el verdadero motivo final del líder supremo de la causa palestina, que no pocas denuncias señalan al Estado de Israel, sobre todo, a su entonces Primer Ministro, el súper halcón Ariel Sharón, tristemente famoso por sus excesos y crueldades, el genocidio de los campos de refugiados palestinos de Sabrá y Chatila el 16 de septiembre de 1982, el más horrible y excecrable, autor intelectual de la muerte del rais, confinándolo por tres años en La Mukata de Ramalá, Cisjordania.
Durante cuatro semanas, Arafat sufrió vómitos, diarrea, pérdida de nutrientes causada por deshidratación severa, y en octubre fue transportado en helicóptero hacia Ammán, capital de Jordania, por expresa disposición del rey Hussein, desde donde fue trasladado en avión privado al Hospital Percy, donde falleció en la fecha señalada.
Los facultativos que asistieron al rais en Percy diagnosticaron que el paciente padecía de coagulación intravascular diseminada (DID), grave trastorno sanguíneo que no fueron capaces de controlar, ocasionándole un ACV, fue la escueta, misteriosa y sospechosa evaluación médica final al rais.
Circuló la versión de que Arafat tenía sida, pero fue considerada carente de sustento.
Científicos del Instituto de Física de Radiación (IRA), del Hospital Universitario Vaudois, de Lausana, Suiza, identificaron rastros de Polonio 210 en el cuerpo sin vida del líder palestino.
El director del Hospital Vaudois, doctor Francois Bochud, explicó que para probar la teoría del envenenamiento con Polonio 210, era preciso exhumar el cadáver y analizarlo, es decir, ordenar una patología forense. Eso nunca se hizo, por su viuda Suha oponerse.
Suha presentó una demanda civil en un tribunal de París, alegando que su esposo fue asesinado con “Perpetrador X”, y la fiscalía parisina inició la investigación del caso en 2012. Hasta hoy, 2019, se desconocen los resultados de las pesquisas en relación al caso.
En octubre 2013 el doctor Vladimir Uiba, jefe de la Agencia Federal Biológica de Rusia, negó que sus investigaciones concluyeran que Arafat fuese envenenado con Polonio 210, por no encontrar rastros del veneno.
El médico palestino Abdullah Bashir declaró que los rusos no encontraron suficientes evidencias comprobatorias de que el rais fuese siniestrado con Polonio 210, y posterior informó que el líder no falleció de vejez ni otro quebranto. Tenía 75 años.
Tawfiq Tirawi, médico palestino, director del equipo que investiga la muerte de Arafat, declaró que el único culpable de la muerte del rais es Israel.
Otra versión sobre la muerte de Arafat postula en los momentos de su gravedad en La Mukata, no estuvo rodeado de sus tradicionales espalderos, asesores y equipo de seguridad, perversa insinuación de complicidad con el Mossad, algo descartable, porque de haber sido así, se hubiesen producido consecuencias, hasta hoy, se desconocen.
El Polonio 210 tiene una vida activa de 138 días, reduciéndose un 50 %, y con el tiempo desparece.
En la dentadura y la kufiya o kefieh, famoso tocado del rais, los médicos detectaron Polonio 210 en Arafat diez veces más que lo normal y tolerable para el cuerpo humano.
Otra especie circuló alegando que Arafat padecía de SIDA, versión insustentada ni comprobada, una especulación capciosa y artera, de una presunta homosexualidad que sus enemigos, comenzando por los israelitas, han esparcido para desacreditarle y reducir su incuestionable liderazgo.
Especie maligna que inclusive sugiere subliminal Orianna Falacci en la famosa entrevista.
Restos mortales del rais reposan en un mausoleo en Ramalá, capital de Cisjordania.
Los restos mortales del rais reposan en un mausoleo en Ramalá, capital de Cisjordania.
Historial revolucionario
Nació en El Cairo el 24 de septiembre de 1929, como Mohamed Yasser Abdel Rahman Abdel Raouf Arafat, impronunciable, que simplificó Yasser Arafaf, hijo de Zahwa Abul Saud y Abdel Raouof al-Husseini, palestinos, y siete hijos más.
Su padre, era comerciante de tejidos. Su madre, falleció cuando Yasir, como le llamaban de niño, tenía cinco años, y su padre lo envió con otro hermano a residir en Jerusalén donde un hermano de su madre, decisión que Yasir nunca perdonó, distanciándolo para siempre de su progenitor, hasta el punto de no asistir al funeral de su padre.
Su padre lo trajo de vuelta a El Cairo luego de cuatro años, teniendo nueve. En 1956 funda Al Fatah (Movimiento de Liberación Nacional).
El 4 de septiembre de 1986 Arafat aceptó resolución ONU 242 y reconoce al Estado de Israel. El 15 de noviembre de 1988 proclamó en Argel la fundación del Estado Palestino en el exilio.
Premio Nobel de la Paz y Príncipe de Asturias 1994 por los acuerdos de Oslo, 1993 con el premier israelí Yitzhak Rabin, acuerdo que asignó Cisjordania y la Franja de Gaza como territorios del futuro Estado Palestino, incumplidos por la arrogancia sionista y el cobarde e irresponsable respaldo de los gobernantes norteamericanos.
El 4 de septiembre de 1994 Arafat y el premier israelí Ehud Barak firman en Sharn el Sheik, Egipto, acuerdo aplicar protocolo de Wye River de retirada israelí de Cisjordania. Incumplido, y saturada de 500 ilegales colonias judías.