La cara oculta de la deuda
La Dirección de Crédito Público del Ministerio de Hacienda ha situado la deuda pública en US$23,976.7 millones, lo que representa el 38% del Producto Interno Bruto (PIB), un monto que el gobernador del Banco Central considera “totalmente manejable”, por la disposición que tiene el presidente Danilo Medina de reducir el déficit fiscal.
Como el tema de la deuda externa ha sido puesto sobre el debate público, bajo el criterio de que ha alcanzado un nivel “preocupante”, tanto en términos absoluto como en proporción del PIB, es menester resaltar algunos aspectos que inexplicablemente se mantienen tras bambalinas.
Con mucha propiedad, el licenciado Valdez Albizu ha relacionado deuda con déficit fiscal, de manera que si desde el Gobierno se trabaja en reducir la relación negativa entre ingresos y egreso, eso también opera para el endeudamiento público.
Es verdad que la deuda del sector público no financiero (US$23,976.7) debe causar preocupación en las autoridades y los agentes de la economía, pero sería conveniente precisar que ese nivel de endeudamiento no ha reflejado daños mayores sobre los principales indicadores económicos (inflación, tipo de cambio, reservas del BC, cuanta corriente de la balanza de pagos, etcétera).
Incluso, la proporción de la deuda del SPNF respecto al PIB no obliga a accionar el botón rojo, pues muchas otras economías, grandes y pequeñas como las de Estados Unidos, Japón, Francia, Grecia y Espina, tienen un % endeudamiento igual o mayor a su Producto Interno.
El problema de la economía dominicana no solo lo representa su elevado endeudamiento, sino también su bajísimo nivel de presión tributaria (14% del PIB), cuando la media de América Latina se acerca a un 20%. La baja recaudación fiscal es el causal del déficit en la ejecución del Presupuesto General del Estado y ese déficit equivale a deuda.
Si se toma en cuenta que del saldo de la deuda pública, el 33.8% (349,691.2) corresponde a deuda interna, su servicio se torna manejable porque disminuye el riego cambiario. Del otro componente, un porcentaje significativo corresponde a empréstitos con organismos multilaterales (Banco Mundial, BID, Fondo Monetario), a plazos largo y baja tasas de interés.
El problema mayor lo representa el endeudamiento con Petrocaribe, aunque esos créditos son a una tasa del 2%, a 25 años de plazos y dos de gracias, pero por una fatalidad que clase política ni sector empresarial se atreven a desafiar, esos recursos se pierden en las cloacas del subsector eléctrico.