Articulistas

A rajatabla: Consenso versus disenso

A rajatabla: Consenso versus disenso

Orión Mejía

La convención del Partido Revolucionario Moderno del domingo liberó al presidente  Abinader de un añejo prurito anti releccionista y le confirió la condición de líder indiscutible de la organización, de modo que el mandatario tiene camino abierto para repostularse y para alinear al PRM con el Gobierno.

Ese logro partidario no sería suficiente garantía de que el jefe de Estado navegue hacia el 2024 sin mayores tribulaciones, porque otros vientos sublevan las aguas electorales, provocados principalmente por turbulencias económicas y geopolíticas que se escenifican en casi todos los océanos.

El Presidente ha ejercido una capitanía relativamente exitosa, con la  asistencia de la oficialidad del estribor monetario que ha evitado que la nave zozobre por los oleajes de crisis sanitarias y económicas, como lo demuestra el informe del Banco Central sobre desempeño de la economía  2021.

Oportuno es advertir que organismos multilaterales y agencias calificadoras presagian la formación en el corto plazo de más tormentas y ciclones que  convulsionarían  navíos de débiles estructuras  económicas y financieras como  la barcaza dominicana.

Esas borrascas estarían matizadas por el incremento en los precios del petróleo, que superarían los cien dólares el barril, del gas natural y del GLP, así como de materias primas de origen agrícola, como maíz, trigo, sorgo y también fertilizantes.

Los vientos más devastadores serían causados por un huracán inflacionario que  impacta severamente sobre Estados Unidos y que ya toca tierras dominicanas, con presagios de que sus vientos al menos se acercarían al 8.5%  que exhibió el ciclón de carestía del 2021.

Los factores principales que matizaron la crisis  global del 2020, siguen vigentes, algunos atenuados y otros agravados, como la pandemia, crisis de los contenedores, disminución en la producción de  alimentos y bienes tecnológicos y caídas de la mayoría de las  monedas.

El conflicto de Ucrania ha puesto a  Estados Unidos, Rusia y Unión Europea a entonar cánticos de guerra, lo que se refleja en  alza  del petróleo y gas natural y mayores dificultades en el comercio internacional,  con impacto negativo sobre los indicadores económicos  dominicanos.

Ante ese nebuloso panorama internacional que pone en riesgo los estimados de ingresos en divisas por turismo, remesas, inversiones y exportaciones, además de la importación no deseada de  factores altamente inflacionarios, obliga  al Gobierno a replantear una estrategia  matizada por la confrontación política.

Sería muy saludable para la democracia y la gobernanza que el presidente Abinader centre su atención como gobernante en mitigar la inflación, promover expansión interna de la economía y un ambiente de  consenso en vez de disenso. Adelantar la campana electoral no sería aconsejable.