Articulistas

Abinader: año 1

Abinader: año 1

Manuel Fermín

En el año 1 del Gobierno hemos centrado nuestra atención en las personas del Presidente y la Vicepresidenta, su trabajo ha adquirido una valoración general, una representación colectiva visto el incuestionable esfuerzo por imprimir dinamismo a los objetivos predeterminados con la llegada al poder: la pandemia y la reactivación económica. 

El propio Abinader ha apoyado con su energía la acción, y es visible con sus constantes desplazamientos y estímulos a inversionistas, incluso cuando tanta exposición contradiga la prudencia ante un ejercicio de gobierno coloquial que obliga a promesas incumplibles ante unas finanzas públicas tan agotadas que han frenado la inversión de capital, como si no hay espacio para más, obligado a edificar el poder sobre la ruina de la deuda.

También hay un funcionariado, con rigurosas excepciones, con falta de ganas para solucionar problemas, bifurcado, que si no han creado una parálisis se debe a la actitud presidencial y a las instituciones que han gestionado la pandemia con efectividad; la economía ha ganado notas sobresalientes por la aprobación y certeza de que vamos por buen camino; buena estructura recaudatoria (Aduanas, DGII); la DNCD tiene una ofensiva que le ha dado valor a los medios y el fin de su función; cuando estábamos lejos de una PGR como mecanismo de justicia independiente para juzgar la corrupción, nos da una percepción nueva de la historia política contemporánea; y más: que encaja en una acción transparente a la mirada de cada cual.

Está en un nuevo y positivo ciclo, aunque no separado del órgano de poder, pues el núcleo duro de la corrupción está intacto, protegido bajo diversas imágenes para no ajustarle las cuentas, bajo la apelación exculpatoria del “borrón y cuenta nueva”.

Al Gobierno hay que reconocerle y subrayar plenamente su mérito, pero tiene un anverso y un reverso. ¿Qué falta? Cumplir las promesas, que son muchas.

Por: Manuel Fermín (mfermindilone@gmail.com)

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación