Editorial

 Abusador

 Abusador

En un suceso tan insólito como indignante, el gobernador de la provincia María Trinidad Sánchez impidió  con  un contingente militar el  decomiso en un supermercado de Nagua un lote de productos  con fechas  vencidas o en mal estado que  realizaban inspectores  del Instituto  Nacional de Protección al Consumidor (Pro Consumidor).

El señor Ricardo Pichardo dispuso  del operativo militar para impedir  que la institución oficial se incautara de miles de artículos    vencidos   o que no estaban aptos para el consumo humano, bajo el alegato de que la acción le causaba daño político y de que las autoridades  debían previamente  comunicarse con él.

 Un funcionario que,   conforme a la ley, representa al Poder Ejecutivo en esa demarcación provincial,  incurre en  abuso de poder  al disponer el uso de la fuerza pública para  evitar que un órgano del Estado cumpla con un mandato constitucional de  preservar la salud de los consumidores. Ese señor se cree con tanto poder para incurrir en atropello o ridiculez como  evitar que se cumpla con la ley, como ha sido el abuso de usar personal militar para  impedir que inspectores de Pro Consumidor decomisaran  artículos de consumo en mal estado o con fecha de vencimiento expirada, entre los que figuraban embutidos,  leche, emparedados, bebidas energizantes y gaseosas.

En cualquier otra nación civilizada del planeta,   el señor Ricardo Pichardo no sería hoy gobernador provincial y posiblemente  sería procesado judicialmente por obstruir  el desempeño de una autoridad legítima, pero en República Dominicana lo más probable es que se le otorgue un premio por semejante comportamiento.

¿Estamos locos?

La Fiscalía de la provincia  Santo Domingo ha roto el récord mundial de ineptitud o los jueces del Segundo Tribunal Colegiado de la Cámara Penal de ese distrito estarían ciegos y sordos al disponer la  absolución de un individuo acusado de la comisión de 36 asesinatos. O  tal vez  el prevenido  es un inocente angelito. Raúl Serumberto Reynoso (Vantroi), sometido a la Justicia por  el asesinato de 36 personas, incluido un sargento de la Fuerza Aérea,  fue descargado por “insuficiencia de pruebas”, conforme a sentencia  del tribunal  colegiado  que  consideró que la Fiscalía no presentó pruebas que comprometieran la responsabilidad penal del imputado. La Policía asigna a Vantroi un extenso prontuario  criminal que incluye decenas de homicidios agravados, pero el Ministerio Público no pudo presentar  el fardo probatorio que  sustentara el pedido de 30 años de prisión. ¿Acaso se trata de una sentencia  benigna o venal? La Fiscalía de Santo Domingo  o ese tribunal colegiado han actuado con negligencia o incompetencia porque no es común que un justiciable acusado de 36 asesinatos sea descargado “por insuficiencia de pruebas”. ¿O es que nos estamos volviendo locos?

El Nacional

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