Editorial

¡Aceleren!

¡Aceleren!

Tan extensa y dilatada es la  agenda de urgencias y prioridades que acumula la sociedad dominicana que para su abordaje efectivo y puntual se requiere que el Gobierno valore y haga provecho del tiempo como si fuera oro líquido y así evitar que las horas se pierdan como agua  derramada entre las manos.

Durante sus primeros seis meses de mandato, el presidente Danilo Medina ha logrado colocar sobre rieles proyectos de gran trascendencia como el programa de alfabetización, el plan de financiamiento de las Mipyme y construcción de aulas escolares,  aunque otros como  el de titulación de inmuebles no avanzan.

Para que su promisoria gestión pueda llenar los enormes  embalses de expectativas, el Presidente requiere no sólo hacer lo que nunca se ha hecho, sino hacerlo en el breve tiempo de cuatro años, por lo que  está compelido  a no desperdiciar ni un segundo de los mil 260 días, incluidos sábados, domingos y días feriados que le restan de gobierno.

Sólo el abordaje de la  crisis  del sector eléctrico le tomaría al presidente Medina muchas noches en vela, más aun si ejecuta  el ambicioso proyecto de  instalar tres plantas a gas natural y carbón que producirían 900 megavatios, con lo que se anularía el agobiante  oligopolio en la generación eléctrica.

El proyecto de reforma y modernización de la Policía es otro de los grandes compromisos del mandatario, cuya urgencia indica que debe ejecutarse casi inmediatamente para retornar control sobre  el tema de la seguridad ciudadana.

No se exagera si se afirma que el presidente Medina deberá ejecutar en cuatro años un portafolio de proyectos que en tiempos normales su aplicación  requeriría dos o tres periodos de gobierno, por lo que  se requiere erradicar del gabinete de ministros y de la administración pública cualquier atisbo de vagancia o inobservancia.

Para que en el 2030  República Dominicana pueda  inscribirse  en el grupo de naciones desarrolladas, se requiere trabajar desde ahora sin descanso en la ejecución de la Estrategia Nacional de Desarrollo, cuya etapa básica de aplicación corresponde al gobierno del presidente Medina.

El jefe de Estado ha ofrecido sobrada demostración y voluntad de trabajo  intenso para poder cumplir con sus promesas electorales, pero es imprescindible que todos  sus colaboradores se incorporen plenamente al  ritmo de trabajo que  se requiere para  alcanzar  tan  anheladas metas de desarrollo, progreso y equidad.

El Nacional

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