Editorial

Admisión

Admisión

 Ha pasado por debajo de la mesa la  admisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el error en que incurrió al recomendar duros recortes fiscales y más impuestos a gobiernos europeos sin entender que tan dura austeridad acabaría con el crecimiento y provocaría  aumento del desempleo y caída de la demanda interna.

Ese desatino del FMI, admitido hoy  por su economista en jefe, Olivier Blanchard, ha sido el principal causal de los más de 25 millones de  desempleados que hoy deambulan por el sur de Europa, sin que esos descomunales ajustes y restricciones  alivien las crisis de España, Portugal, Grecia e Islandia.

A pesar de que los incrementos de impuestos y la drástica disminución del gasto han estado dirigidos principalmente al rescate de un cuestionado sistema bancario, sólo en España la banca ha despedido a más de 55 mil trabajadores y retrocedido en términos de  desarrollo más de cuatro décadas.

De tan elevada trascendencia ha sido la admisión de ese devastador error, que el documento del FMI contentivo del mea culpa ha sido endosado por  el jefe de su equipo económico, quien  dijo que el gendarme se equivocó a la hora de valorar el impacto de la austeridad en los países europeos.

En ese informe del FMI se  señala que  por cada dólar recortado en el gasto, las economías en crisis solo perderían cincuenta centavos, cuando en realidad  ha sido de 1,5 dólares, lo que  significa que el impacto de los ajustes fue al triple de lo estimado por los técnicos de ese organismo.

República Dominicana debería verse en ese trágico espejo y no permitir que  su economía ni aparato productivo sean usados como  laboratorio por el Fondo Monetario o cualquier otra institución multilateral para imponer desatinos que  en vez de prever o aliviar crisis aceleran la quiebra del aparato productivo nacional.

El presidente Danilo Medina está compelido a promover una política de gasto público basada en  austeridad razonable e inversión  efectiva en áreas  de la economía con mayor vocación a generar empleos, incremento de la producción, productividad y  redistribución del ingreso, sin aceptar imposición de recetas  elaboradas a base de cianuro.

Ahora que se anuncia   la visita de una misión del FMI dizque para monitorear el comportamiento de la economía dominicana, convendría que  el presidente Medina  y el equipo económico oficial se vean y reflejen a la nación en  el espejo de Europa.

El Nacional

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