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Algo más que salud

Algo más que salud

José Díaz

Cuidar la niñez especial

A Narcisazo en los 28 de su desaparición
Lo vi caminando paralelo a mí, con quien parce ser su hermano menor, siempre suponiendo que una niña, también menor que él, unos 10 metros atrás, era su hermana y una mujer de unos 40 años la madre.

El paralelismo conmigo es un eufemismo: él caminaba rápidamente en la acera oeste del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte bajo un sol abrasador de la una de la tarde, incrementado por el polvo del Sahara, con una pesada mochila, con la pierna izquierda con genu varo, y al parecer con limitaciones mentales; yo iba en mi jeep, con el aire puesto, acababa de almorzar camino a tomar una siesta; ellos, al parecer, iban de prisa para tomar un transporte, lo más probable el metro.

Tenemos vidas diferentes, en este mundo que es el mismo para él y para mí, pero lo duro, lo que provoca ganas de llorar e impotencia, es que se supone que el Estado tiene programas y recursos para cubrir las necesidades de las personas especiales, pero se pierden en otras cosas “más importantes”.

Es lo mismo con Rubén, un joven de uno 25 años con trastornos mentales que sin siquiera saber pedir lo hace en la Bolívar con Tiradentes y Sofía, una joven frágil que pide en la Lincoln llegando a la Bolívar, y que tampoco es hábil para limosnear y a quien la permanente exposición al sol le ha cuarteado la tez y el resto de la piel.

Por estos dos últimos pedí protección al director de Salud Mental del Ministerio de Salud y al parecer no ha podido o no ha intentado rescatarlos.

Este domingo es la celebración del Día de las Madres y quiero felicitarlas a todas, pero particularmente a aquellas que tienen hijos especiales y deben sostenerlos con decoro, sobre todo las más pobres, y algo de eso sabe en carne propia el que además escribe “algo más que salud”.

El Nacional

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