Amarga nochebuena
No escarmiento, soy un caso perdido; en lugar de seguir la corriente y celebrar que la Navidad es una época de paz de reconciliación, de estar con la familia, de gozar, no me puedo quitar de la cabeza que la tragedia de Jetset se llevó 240 vidas por negligencia de unos ricos, que a pesar de ser muy ricos, querían y quieren ser más ricos, y no tomaron las previsiones para asegurar la edificación y gracias a eso esas personas no estarán en nochebuena con sus familias, y éstas la pasarán amargamente y con ellas muchos otros dominicanos los recordaremos con tristeza e impotencia.
Dije en el primer artículo que escribí, una semana después de la tragedia, que a los dueños no les pasaría nada, y no le ha pasado gran cosa y no le va a pasar nada en el futuro, por su crimen,
También, y en la misma onda masoquista, me atormento por los más de los 7 millones de afiliados a Senasa que pasamos las de Caín porque un grupito lo asaltó como los pavos para robarse sin prigilio miles de millones de pesos.
La amarga realidad, como ha sucedido con todos los políticos ladrones, es que dentro de dos años saldrán libres con todos los cuartos que pudieron salvar, y nadie hablara de ello, mientras tanto sus malas artes se llevaron centenares y quizás miles de vida por falta de servicio en la ARS pública. “La impunidad es el mayor enemigo de la justicia”. (Anónimo).
Finalmente, un maldito loco que ha hecho todas las diabluras del mundo, con poder desmedido, ahora le ha cogido con desatar una guerra en Venezuela, en nuestro patio, en la América que ha estado tranquila.
Lamento haberle puesto un poco amarga su celebración de Nochebuena, pero no podía callarlo en “algo más que salud”.
