El Poder Ejecutivo promulgó en los últimos doce meses préstamos por casi mil 600 millones de dólares dirigidos esencialmente a la agropecuaria, sector eléctrico e infraestructura vial, por lo que no se discute su pertinencia, sino su cuantía, que contradice recomendación del Fondo Monetario Internacional (FMI) de reducir el endeudamiento.
Desde el 16 de agosto del año pasado, el Congreso Nacional aprobó diez empréstitos por un monto total de US$1,579, 831,971.22, lo que obra como mayor presión sobre el déficit fiscal e incrementa notablemente el monto del servicio de la deuda pública que ya refleja el 28 % de la estimación de ingresos.
En su informe sobre desempeño de la economía dominicana, el FMI afirmó que ha sido una de las más dinámicas y resilientes de la región en las últimas dos décadas, “experimentando una notable recuperación tras la pandemia respaldada por sólidas políticas adoptadas por las autoridades”, así como por efectos positivos de la economía mundial.
El directorio del FMI resaltó como favorable la respuesta de política monetaria asumida por el Banco Central, la cual dijo “ha ayudado a reducir presiones inflacionarias monetarias», al tiempo de sugerir que “debería seguirse calibrando a fin de asegurar que la inflación se mantenga dentro del rango meta”.
Al éxito de la política monetaria ante la crisis económica generada por la pandemia, obedece que el Fondo Monetario enfatice en la importancia de fortalecer la autonomía del banco emisor por medio de su recapitalización y de reformas legislativas.
El Gobierno no ha puesto atención a las recomendaciones del FMI de que la política fiscal debería seguir enfocada “en colocar la deuda pública en una trayectoria firme hacia la baja”, con el fin de “aumentar los colchones fiscales y crear espacio para el muy necesario gasto social y de infraestructura”.
En la actual coyuntura económica, las autoridades recurren al endeudamiento para solventar parte del gasto social en vez de recaudar esos ingresos por el lado fiscal, sobre todo porque la economía se ha mantenido en crecimiento por más de dos décadas, y que el éxito en el control de la inflación viene por el lado monetario.
Ante una economía resiliente con estabilidad monetaria, a la que ingresan anualmente casi 40 mil millones de dólares por turismo, remesas, inversión extranjera, zonas francas y exportaciones, no se entiende el afán oficial de sobredimensionar la medicina del endeudamiento, cuyo consumo en exceso resulta altamente perjudicial.