De los 51 mil millones de pesos a que asciende el Presupuesto Complementario enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso, más de 20 mil millones corresponden a completivo del subsidio al subsector eléctrico que este año sobrepasa los 30 mil millones de pesos.
Un simple pase de revista al paquete de medidas administrativas que han sido aplicadas para afrontar la dilatada crisis eléctrica arroja pobres resultados, medido al menos por el altísimo monto de las transferencias presupuestarias que se han hecho para reducir el déficit de las empresas eléctricas estatales.
Difícil es entender por qué en cada diseño presupuestal se calculan las transferencias al sector eléctrico en US$250 millones, cuando se sabe que la suma final superaría siempre los 700 millones de dólares y en ocasiones los mil millones.
Es menester que la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) ofrezca una mejor ponderación de los logros alcanzados con respecto al incremento de las cobranzas por parte de las Distribuidoras de Electricidad o si se ha podido alcanzar acuerdos que hagan menos onerosos los acuerdos con las empresas generadoras.
La verdad es que un déficit recurrente cercano a los mil millones de dólares al año es imposible de sustentar por más tiempo, por lo que urge el inicio de negociaciones serias con los intervinientes del sector eléctrico para alcanzar soluciones definitivas.
Un previsible acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) obligaría al próximo gobierno de Danilo Medina a disponer de un aumento considerable en la tarifa eléctrica, lo que agravaría la situación económica de la clase media y la población en general, sin llegar a resolver el grave problema eléctrico.
Urge poner fin a una añeja política de parches que se ha aplicado al sector eléctrico que sólo ha servido para beneficiar a poderosos, influyentes y predilectos intervinientes, que han convertido a una angustiante crisis en inagotable fuente de enriquecimiento por vía de altísima rentabilidad.
El presidente electo debería hoy mismo iniciar el periplo dialogante en procura de poner un alto definitivo a la tragedia del sector eléctrico que ya se ha tragado más de seis mil millones de dólares del magro presupuesto nacional.

