Tokischa

A la exponente urbana Tokischa se le critica por la procacidad, la irreverencia y el desafío que asume en contra de la sociedad, sus principios y reglas morales, con un desparpajo que no se detiene ante nada.

Ha posado y se ha hecho fotos insinuantes, sensuales y provocativas en el Santuario de la Virgen de la Altagracia en Jarabacoa.

Ha usado de manera indebida a menores de edad en sus videos como en el llamado “Desacato Escolar” donde parodia y propone como válidos comportamientos que transgreden la disciplina con la que se rigen los centros educativos.

Esto sin contar la procacidad y el desenfado que asume en las presentaciones que realiza promoviendo actos lésbicos como parte de un comportamiento normal.

Cada acción se establece como fríamente calculada para llamar la atención, en procura de alcanzar “views” y “likes”, como se dice ahora.

Y por supuesto, los medios suelen caer en la trampa de reproducir la inconducta, y la promoción de antivalores que la Tokischa ha adoptado como medio de promoción.

La gran noticia es que Tokischa se dio un beso lésbico con Madonna, y que hizo lo mismo con Rosalía.

Lo de ella es ir de escándalo en escándalo, nada que ver con mostrar verdaderas cualidades artísticas en lo que hace.

Cierto es que los medios no pueden sustraerse a “las noticias”, como parte de las praxis del oficio, pero en ese afán pienso que se está exagerando. Pues se le muestra a la juventud y a seguidores de esas expresiones urbanas, que la inconducta, el desenfado y el desacato a los valores morales es “lo que vende” y da fama y fortuna.

No se despliega por ejemplo que la afamada violinista criolla Aisha Syed recorre el mundo presentándose en los principales escenarios, o que artistas populares como Romeo Santos está teniendo un amplio despliegue publicitario en el programa Today, de la cadena de televisión norteamericana NBC, a propósito de un concierto que tendrá mañana en la explanada del Rockefeller Center.

Nadie ha dicho que Bonny Cepeda actuó el pasado sábado ante 15 mil personas en Villa de Leyva, Boyacá, de Colombia.

Pocos hablan de eso en los medios y en la redes, porque “no es noticia”, encerrados en la burbuja infame del indecoro que promueve Tokischa.

Deberían establecer un balance entre lo bueno, lo malo y lo tóxico, aún cuando se sientan más gusto promoviendo en los medios los antivalores.

Por: Joseph Caceres