Editorial

Así de sencillo

Así de sencillo

Válido y oportuno es el llamado que ha hecho el jefe de la misión de observadores de la organización de Estados Americanos (OEA), Tabaré Vásquez, para que los dominicanos  acudan  a las urnas el domingo con una alta cultura cívica de respeto y tolerancia, exhortación que resulta válida para candidatos y partidos en lo concerniente a respetar el derecho ciudadano a sufragar libremente.

El también ex presidente de Uruguay ha dicho que la observación de la OEA ha comprobado que  el proceso  electoral se desarrolla con calma y tranquilidad, por lo que también es menester que la clase política mantenga  compostura para que  ese manto de sosiego  alcance para  garantizar   votaciones masivas y absolutamente transparentes.

Se requiere que la Junta Central Electoral (JCE) acelere el paso para que  al término  formal de la jornada proselitista se despejen  denuncias en torno a posibles o eventuales irregularidades que ocurrirían  antes, durante o al término  de los sufragios, como serían  supuesta compra de votos o  acciones de intimidación a los votantes.

Algunas  dudas han sido ya  aclaradas como  el señalamiento de que los electores pueden sufragar con sus cédulas  vencidas y de  que la falta  de firma por algún miembro del colegio electoral no invalida el acta de elecciones, pero se requiere aplicar medidas de prevención para vedar  compra de cédulas o que se ejerza intolerancia o violencia dentro o fuera de los recintos electorales.

La parte in fine del artículo 208 de la Constitución de la República  establece que “el voto es personal, libre, discreto y secreto” y que “nadie puede ser obligado o coaccionado, bajo ningún pretexto, en el ejercicio de  su derecho al sufragio ni a revelar su voto”, por lo que  JCE, candidatos y partidos  están obligados a  respetar y garantizar el ejercicio de  ese  derecho constitucional.

Permítase que la JCE realice su labor de organizar y dirigir  las asambleas electorales sin consabidas presiones de poderes públicos, de partidos o entes corporativos, toda vez que  cualquier situación de carácter contencioso que surja de los resultados electorales  puede ser  elevada por ante  el tribunal Superior Electoral, órgano constitucional competente para juzgar  y decidir con carácter definitivo.

Los activistas políticos deben tener presentes  que la Junta Electoral, por vía de la directiva de los Colegios Electorales, tiene  control absoluto de  los recintos de votación y de un perímetro adyacente de  cincuenta metros  cuadrados, vedado para  realizar tardías gestiones de  conseguir adhesiones de votantes.

Los candidatos presidenciales y los partidos que  han sostenido su postulación han de  comprender que  el domingo en la noche, por vía de boletines que emita la JCE se determinará  un solo ganador y, por consiguiente el resto de los competidores tendrá que  asumir  y respetar ese designio. Así de sencillo.

El Nacional

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