Esta embarcación, corroída y arruinada por el tiempo y el salitre, permanece próximo al muelle de esta ciudad, ofreciendo una original imagen por su contraste visual, al conjugarse los colores de las aguas costeras del mar Caribe con el azul del cielo en la zona del malecón de Barahona, que luce descuidada y al parecer, sin un plan para su explotación como atractivo turístico.