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Barbacoa

Barbacoa

Chiqui Vicioso

(y 2)
A Don Juan Bosch

Siempre que escribo un artículo describiendo la miseria del hombre, mi amigo Sergio Pascual me refiere a los inicios de la civilización, a Roma, y me presenta los hechos como inevitables a la condición humana. Entonces me quedo con un profundo sentimiento de desolación y lamento que a Venus aún no se pueda viajar, ya que en Saturno, sino pregúntenle a Rita, también hay personas menospreciables.

Leo las noticias sobre Haiti con una profunda pena, porque ese pueblo, en apariencia hoy desahuciado, merece lo que aspira todo pueblo: comida, paz, educacion, salud, vivienda, recreación sana; y eso es precisamente lo que falta en su cotidianidad y en el discurso de sus autodesignados dirigentes. En Africa, ya vemos con horror el secuestro de niños y jóvenes para convertirlos en soldados; las metralletas y bazukas los juguetes que no tuvieron; la guerra, el juego que nunca practicaron hasta que tuvieron un arma de verdad en las manos. Y de niñas para que no puedan estudiar y convertirse en personas (Bokoaram).

Y veo con horror como de nuevo aparecen los “demagogos líderes”, como un carajete llamado Joseph, que quiso quedarse en el poder cuando Moise lo destituyó y hoy lo intenta por todos los medios, convirtiéndonos en el otro que hay combatir, en los nuevos judios. Y, un ex-policía llamado Barbacoa, cuyo discurso político se limita a : “Yo quiero mis bancos, mis gasolineras, mis supermercados, mis mansiones”, donde es la envidia de lo que ha acumulado el otro, no el progreso de las masas, lo que orienta su rabia, y su accionar.

Una casi se alegraría de que la horrible oligarquia haitiana sufra en carne propia los resultados de su bestial indiferencia hacia su pais y sus congéneres, sino fuera porque quienes mueren son siempre los habitantes de las Villas MIserias, esos y esas que no están pertrechados en moles de cemento, y pequeñas Citadelles protegidas por ejércitos privados de hombres armados.

El ser humano parece no tener remedio y repetir siempre las mismas tragedias (Biafra, Yemen, Bosnia, Ruanda, el Congo, Argentina y sus 30,000 asesinados, Chile, donde la derecha se escuda en un millar de estudiantes para impedir el gobierno de Boric…). Alla y aqui, donde supuestos “nacionalistas” (Donde estuvieron durante la dictadura de Trujillo? Durante la guerra de Abril?), organizan marchas que promueven el rechazo del otro, sin una sola propuesta concreta de solución, enarbolando un nacionalismo y una “cultura nacional” (donde quien nos representa es una tal Tokischa, besándose con Madonna) de pacotilla.

Dónde estará Dios?