Por: Danilo Cruz Pichardo
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El que no lleva la belleza dentro del alma no la encontrará en ninguna parte”, dijo Noel Clarasó. Y el suscrito agrega que no hay mayor belleza que la espiritual. Sin embargo, las personas, de ambos sexos, insisten en priorizar lo físico, apelando a los cosméticos, tecnologías y al bisturí. Las mujeres, particularmente, ya no se pasan la tenaza. Y el mismo desrizado para ablandar el pelo es usado cada vez menos. Ahora lo que está en auge es la extensión de pelo, al cual se le aplica tinte de conformidad a su preferencia. Unas prefieren el pelo negro como el de Toña la Negra, otras se inclinan por el rubio de Shakira.
Muchas damas también se ponen lentes de contacto de color. Y vemos mulatas con ojos verdes y hasta azules. Y acuden al cirujano plástico para reconstruirse los labios, para tenerlos carnosos y sensuales como los de Angelina Jolie. Y antiguas féminas barrigonas (que apagaban el bombillo antes de desnudarse), hoy exhiben un abdomen nítido y una cintura más estrecha que la de la cantante Thalía. Los senos, de igual manera, se los hacen a su manera, abandonando la vieja práctica de amarrarse una toallita en el pecho.
Pero los varones no quieren quedarse detrás. El porcentaje que busca esconder sus canas, mediante tinte, cada vez es mayor. Y hombres que siempre fueron calvos, hoy muestran moñas que superan a la de John Travolta en su tiempo, gracias a los denominados implantes de pelo.
Para colmo (no miento, lo vi en anuncio de internet), ya los hombres de pene chiquito tienen solución. No conozco el procedimiento usado, pero se habla de agrandamiento en apenas semanas, lo que podría subir la autoestima a muchos que cuando estaban repartiendo les tocó muy poco.

