
El presidente de EEUU, Joe Biden y su homológo dominicano Luis Abinader, con sus respectivas esposas.
Al margen de todas las interpretaciones que sugiere la foto de los presidentes Joe Biden y Luis Abinader, acompañados de sus respectivas esposas, lo primero que salta a la vista es la buena relación entre ellos.
Con esa fotografía Abinader cierra con broche de oro su intervención en la asamblea general de la ONU, donde el presidente estadounidense abordó la problemática haitiana en los mismos términos en que lo han planteado las actuales autoridades.
Biden podrá no pasar por su mejor momento en Estados Unidos, pero tendrá siempre que reconocerse que es el gobernante de la primera potencia mundial y del principal socio comercial del país.
Independientemente de sus razones el mandatario estadounidense sabe que esa fotografía de familia con Abinader, que está en campaña para reelegirse, sería interpretada como un espaldarazo a sus aspiraciones.
Puedes leer: Biden y Abinader
Es verdad que Washington ya no provoca tanto temor como en otros tiempos, pero todos los políticos criollos quieren estar bien con el sistema aunque sea solo para evitar una molestosa llamada telefónica o pasar un mal entendido.
El mandatario estadounidense, que ya había tenido otros gestos de amistad con Abinader, como cuando apoyó una mano en su hombro en una intervención en una cumbre en Los Ángeles, se decantó por la posición dominicana cuando planteó a la ONU explorar una salida urgente a la crisis haitiana alegando que la situación no aguanta más. La lectura es inconfundible.