Se tenía entendido que desde su creación era la primera vez en que el Tribunal Superior Electoral (TSE) había dado claras señales de independencia e imparcialidad en las sentencias sobre los conflictos en las votaciones del 5 de julio.

El Partido Revolucionario Moderno (PRM) fue despojado de un diputado nacional para asignárselo al Partido Cívico Renovador (PCR), que apenas alcanzó un 0.15% de votos en los comicios.

Pero el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) no perdona, sobre todo a su presidente Román Jáquez, que lo hayan “despojado” de dos diputados, uno en San Cristóbal y otro en Barahona, para adjudicárselos al PRM y su aliado el Partido Humanista Dominicano (PHD).

Esa decisión ha motivado que el PLD, que está en proceso de reestructuración, acuse al TSE de obstrucción y desde ya se oponga a que Jáquez permanezca en su cargo o pueda ser designado en la presidencia de la Junta Central Electoral (JCE).

Le atribuyó al TSE una supuesta labor para invalidar su derecho de ejercer ante el Tribunal Constitucional el caso del despojo de los diputados en las pasadas votaciones.

La posición del PLD dificultará más el consenso que han acordado los partidos políticos para seleccionar miembros apartidistas y de reconocida solvencia moral para la JCE, el TSE y la Cámara de Cuentas.

Hasta las sentencias con que el PLD se considera perjudicado Jáquez solo había recibido elogios de distintos sectores. Pero ahora hasta se le acusa de dirigir una campaña, sin que se citen los motivos, contra el peledeísmo.