El cambio climático es una realidad que va cambiando el modo de vida de todas las especies de la Tierra, sin que los seres humanos lo perciban en el día a día, más sin embargo, sigan siendo considerados como quienes provocan los mayores daños a la naturaleza, provocando, por ejemplo, que los huracanes cada año sean más devastadores.
En el caso de República Dominicana, ésta es atacada con mayor énfasis por enfermedades tropicales cada verano, a lo que hay que agregar sequías extremas reduciendo los sistemas productivos y aumentan los niveles de pobreza.
Con relación a República Dominicana las incidencia más palpable del cambio climático se comprueba con la novedad de que Santo Domingo se está convirtiendo en la ciudad más calurosa del país con temperaturas superiores a 35 grados Celsius en octubre y las primeras semanas de noviembre, contrario a gran parte de las ciudades que permanecen entre 31 a 32 grados, según los registros de la división de hidrometeorología.
Estos cambios en las temperaturas inciden de manera directa en la producción porque aumentan los niveles cansancio de los obreros en las industrias al aire libre, provocando virus gripales de mayor magnitud y crean las condiciones ambientales para que se puedan reproducir mosquitos y otras especies que aumenten la propagación de las enfermedades tropicales.
El mismo hecho de que Santo Domingo aparezca como una de las zonas más calurosas coincide con las estadísticas que la ubican entre las ciudades donde se registraron más casos de dengue y malaria el año 2019, donde el 93% de los casos confirmados hasta la semana 40 corresponden al foco de Los Tres Brazos, en Santo Domingo Este y La Ciénaga, en el Distrito Nacional, con 34, el número de muertes confirmadas por dengue según el boletín epidemiológico publicado el 27 de septiembre de 2019.
En dicho boletín se habían notificado 14,100 casos de la enfermedad, 523 casos probables, para un acumulado de 2,619 casos en las últimas cuatro semanas epidemiológicas, según el documento publicado la Dirección General de Epidemiología (Digepi).
Pero las variaciones en el clima son progresivas y se vienen desarrollando con el tiempo tal como ocurrió el con el brote de chikungunya que se produjo en San Gregorio de Nigua, San Cristóbal, en diciembre del año 2013 y tres meses del 2014, pero la Dirección General de Epidemiología había contabilizado 539,099 casos sospechosos de la enfermedad en todo el país y entre los meses de julio- agosto había afectado más de la mitad de la población provocando un significativo ausentismo laboral y escolar.
El cambio climático, no solo provoca enfermedades, sino sequías como la que ha mermado las lluvias desde octubre 2018 hasta septiembre 2019 en gran parte del territorio nacional afectando los sistemas productivos con centenares de tareas sin cultivar por falta de agua, ya que las presas de Tavera, Monción, Rincón, Jigüey, Valdesia Sabana Yegua, Sabaneta, con excepción de Hatillo, presentaban un déficit en la entrada de agua, según los registros Indrhi.
La zona más afectada fue la región noroeste, en especial Montecristi, Dajabón, Santiago Rodríguez, donde los ganaderos dijeron haber perdido RD$47.6 millones, debido a la muerte de 1,190 cabezas de ganado, según el Ministerio de Agricultura.
El cultivo de café en el país y gran parte de los países de América Latina es otro de los productos víctimas del cambio climático, ya que un estudio de científicos latinoamericanos comprobó que el aumento de la temperatura y cambios en el régimen de lluvias afectaría entre 73% y 88% de las tierras aptas para la producción del grano.
Provocando una reducción de áreas aptas para eñ cultivo del café según, explicó Emily Fung, autora del estudio e investigadora del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie), en Costa Rica.
Los resultados apuntan a que países productores como Colombia, México, Guatemala y Costa Rica que tienen zonas montañosas más extensas podrán adaptarse a los cambios de temperatura porque tienen zonas más altas que pueden ser incorporadas para el cultivo de café.
Ciclones
Los mismos cambios en el clima cada vez están creando las condiciones para que se aparezcan ciclones más intensos superiores a la categoría cinco que provocan daños enormes en la economía de los países uno de ellos fue el huracán Dorian, quien afectó el archipielado de Las Bahamas, en la primera semana de septiembre 2019 con viento superiores a los 230 kilómetros por horas desvastando gran parte de Gran Bahama, ocasionando daños superiores a 7.000 millones de dólares.
En Estados Unidos en el 2017 hubo 18 desastres naturales, gastó 306,000 millones de dólares, entre ellos 18,000 millones dejaron en pérdida los incendios, según un estudio de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
Entre los cinco huracanes más costosos en la historia de ese país está Harvey, que en 2018 costó 125,000 millones en pérdidas; seguido de Katrina en 2005, con 108 mil millones y María en el tercero, con 90,000 millones; Irma costo 50,000.
UN APUNTE
El hombre
El cambio climático es provocado por los daños que viene provocando la actividad del hombre sobre la naturaleza, que afecta de manera directa o indirecta la composición de la atmósfera, provocando cambios en los ciclos de lluvias y las temperaturas. La variabilidad climática se presenta cuando con cierta frecuencia un fenómeno genera un comportamiento anormal del clima, pero es un fenómeno temporal y transitorio.