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Canó

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La Oficina del Comisionado de Béisbol de Grandes Ligas anunció que el segunda base de los Mets de Nueva York, el dominicano Robinson Canó, recibió una suspensión de 162 juegos sin disfrute de sueldo, lo que significa toda la temporada de 2021, por dar positivo a estanozolol, una sustancia que mejora el rendimiento. Una noticia decepcionante.

El pelotero petromacorisano había sido suspendido por la misma infracción, el 15 de mayo de 2018, lo que representa un lastre difícil de limpiar en su carrera deportiva.

Canó tiene derecho a apelar tan drástica sanción, pero ya el equipo de Queens aceptó la suspensión y respaldó los esfuerzos de MLB para eliminar el uso de sustancias prohibidas en las Grandes Ligas.

El toletero criollo ha tenido una historia de éxitos, especialmente cuando jugó para los Yankees de Nueva York, equipo en el cual alcanzó el estatus de estrella, lo que le permitió firmar un contrato por 250 millones de dólares y diez años de duración con los Marineros de Seattle, donde su desempeño no llenó las expectativas.

Su canje a un equipo de la Gran Manzana pudo convertirse en el retorno a sus años dorados, pero después de una primera sanción por dopaje, ahora se repite la decepcionante historia.

Es una pena que un atleta de alto rendimiento dueño de un contrato millonario y de números excepcionales en el terreno termine su carrera en medio de una humareda de desilusión que cubre al deporte, a los fanáticos y a la organización de los Metropolitanos de Nueva York.

El Nacional

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