Opinión

Carrusel mediático

Carrusel mediático

El debate público parece colocado en un carrusel que continuamente gira sobre su propio eje sin que la sociedad pueda visualizar cómo abordar la agenda de urgencias nacionales con la requerida determinación y que su liderazgo despeje caminos que conduzcan al anhelado estadio de prosperidad, equidad y justicia.

Cada madrugada, literalmente, la nave nacional se hace a la mar en búsqueda de la tierra prometida, pero por alguna razón retorna siempre al punto de origen, sin que se identifiquen las razones por las que se navega siempre en círculo.

Gobierno y colectividad parecen acostumbrarse a sepultar un problema con las ardientes brazas de otro mayor, sin darse cuenta de que por ese sendero se llega al infierno y no al paraíso, porque es incierto que un clavo saca otro clavo ni que el olvido cura el dolor.

Como ejemplo de la reflexión precedente se señala que el liderazgo nacional parece entretenido en debatir si es valedero o infundado el temor expresado por algunos obispos sobre el peligro de que el país se encamine a una dictadura, sin advertir que otros peligros reales se ciernen sobre el firmamento nacional.

Para Gobierno, clase política, empresariado y grupos fácticos no parece tener importancia la noticia de que el precio del petróleo subió ayer un 2,7% para situarse a 65,70 dólares el barril, como consecuencia del anuncio de Estados Unidos de que vetará totalmente la compra de crudo a Irán.

El Ministerio de Hacienda admite que la economía confrontaría problemas si el precio del petróleo supera los 70 dólares, lo que parece que ocurriría si Washington logra impedir que Irán pueda vender parte de su producción a ocho países que tenían permiso para comprarlo.

Tampoco parece concitar atención la disminución de los ingresos fiscales registrada en el primer cuatrimestre de este año, matizado por un incremento en la evasión y elusión tributaria, situación que podría agravar el déficit fiscal y, por consiguiente, los ámbitos monetarios y de deuda pública.

No se niega utilidad al debate en torno al peligro de una dictadura, pero el liderazgo nacional debería detener ese carrusel de entretenimiento mediático para fijar atención a lo que ocurre hoy en el sector externo de la economía, antes de que sea inevitable lidiar con la “dictadura” de una crisis agravada.

El Nacional

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