A Minou Tavárez
Señor director:
Al leer tu esclarecedora carta en que solicitas al Presidente del PLD, que tome nota de tu renuncia a la organización, afirmamos que algo nuevo está ocurriendo en el país, porque más indicadores lo indican así, y entre ellos tu decisión, la carta de Doña Carmen Quidiello de Bosch en apoyo a Venezuela ante una Cámara de Diputados sumida en la indiferencia. Tu acción, por sobre otras, es de las más emblemáticas, porque al margen de cualquier predisposición, cuando la nación ve tu rostro, establece similitudes con el gigantesco Manolo, y cuando observa tus posiciones y valentía, entonces les llega el recuerdo de Minerva, siempre erguida ante el abuso, lo injusto y las arrogancias del Poder.
En Fuerza de la Revolución están muchos hombres y mujeres que militaron contigo en el trasformado Partido Comunista Dominicano, por lo que siempre eres tema de mesa, en especial cuando vemos la dinámica de comportamiento de los actores individuales de la política vernácula.
La renuncia, hecha en el tiempo que elegiste o te empujaron las circunstancias, tiene más trascendencia de la simplemente imaginable, porque ocurre en un momento cumbre del presente político dominicano; el que durante mucho tiempo no tuvo la oportunidad potencial de un cambio de rumbo.
Espontánea o conscientemente, se están acumulando condiciones para un giro progresista, democrático, decente, transparente y justo a la Nación dominicana, el que surgirá de la conjunción de las mejores hijas e hijos de la Patria, de quienes no han torcido la vista en búsqueda de un mejor horizonte para el país.
La disposición de que te mantendrás en política, equivale a decir, luchando contra los males de la sociedad, sus gobiernos y partidos, aunque la expresas desde una aparente soledad, debemos decirte, que no es así, que no estás sola; que a diferencia de otras similares, por encarnar los valores y principios que apuntas, merece ser acompañada por millares de dominican@s con y sin Partido, que no soportan más el asqueamiento político nacional.
Sentimos, que hemos ganado una diputada, que quienes votaron por ti perdieron la exclusividad de tu representación y que es propicio el momento para que todos y todas te veamos, no como la diputada sin Partido, sino como un receptáculo al que acudir en defensa de los intereses nacionales.
Atentamente,
Fuerza de la Revolución.